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Jennifer Simón Carrión
Martes, 10 de mayo 2016, 09:10
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A la fase local se presentaron un total de 70 alumnos, que se enfrentaron a un examen que contemplaba 37 preguntas, dos problemas y dos supuestos prácticos. Tres horas o más de prueba con cerebros privilegiados para la química. De todos ellos el mejor fue Francisco Muñoz. Un orgullo, alegría y satisfacción, tanto para él como para muchos de sus compañeros, profesores y, por supuesto, sus padres.
Ahora se muestran expectantes para ver cómo se desarrolla la Fase Nacional. "Ésta ya la veo más difícil todavía, aunque la Local con tanta gente allí en la Universidad también me dio la sensación de que sería muy complicado", explica Muñoz. Al preguntarle cómo se decidió a presentarse a esta Olimpiada, explica: "El profesor de Química me propuso participar y yo lo vi bien y acepté, estuvimos preparando contenidos que no damos en el curso para poder llevar a cabo la prueba y así me presenté a la Olimpiada", cuenta el joven. Ahora mira hacia Madrid y considera que es bueno intentarlo, aunque lo ve difícil. Los que salgan de la Nacional irán a la Internacional a Washington, pero esto, Muñoz en una muestra de sincera humildad, no lo contempla todavía.
"Me gusta la química, me llama la atención, aunque también me llaman la atención otras asignaturas de ciencias", nos habla de sus intereses y de sus opiniones del presente y futuro de la educación. "Me gustaría estudiar ingeniería aeronaútica, aunque sé que se necesita un trabajo y un esfuerzo grande, voy a empezarla e intentar sacarla hacia delante", comenta el estudiante, que incluso se plantea "una vez acabada esta carrera, creo que es fácil encontrar trabajo, aunque yo no sé si seguiría estudiando, intentando sacar una doble titulación. Además me gustaría estar un tiempo fuera en el extranjero para mejorar el nivel de idiomas".
Su queja: "nos especializamos muy pronto y creo que perdemos así la oportunidad de tener una visión más general de otros conocimientos interesantes e importantes para nuestra vida. Por ejemplo, yo elijo ciencias este año y hay cosas, por ejemplo, de humanidades que no puedo cursar y que me gustaría hacerlas como economía o formación en la ley".
A pesar de todo, lo tiene claro y, afirma, que no es un caso especial, que entre la juventud que él conoce, sus compañeros, "muchos lo tienen claro, algunos no, lo que pasa es que tenemos que tener en cuenta la selectividad porque dependerá de esa prueba el poder entrar o no en la carrera que quieras y eso hace también que algunos estén indecisos".
Consciente de la importancia de la toma de decisiones en estos momentos, Francisco Muñoz dice que quiere irse a Sevilla, "es una decisión difícil, tenemos muchas opciones y tomar una u otra puede condicionar toda tu vida".
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