En plena sierra y junto al mar, Turre luce un entorno idílico

Jinetes dando un paseo a caballo por la rambla.
Jinetes dando un paseo a caballo por la rambla. / IDEAL
  • El municipio almeriense ofrece al visitante monumentos de interés, talleres de artesanía y una gastronomía con platos de la mejor cocina tradicional

Turre es un municipio al que su ubicación privilegiada le otorga un gran potencial. A escasos kilómetros de la costa y mirando de frente la sierra, aunque pasó momentos complicados de estrechez y emigración, mantiene durante las últimas décadas una línea ascendente de desarrollo gracias a la mano de obra demandada desde sectores como el turismo o la construcción. La especialización fue clave en este proceso, consiguiendo dotar al municipio de un conjunto de empresas que se adaptaron perfectamente a lo que se necesitaba, tanto en el propio pueblo como en otros cercanos, caso de Mojácar, Garrucha o Vera. En Turre el visitante puede conocer monumentos de gran interés como la torre Torreón Cabrera, de planta cuadrada con fábrica de mampostería y sillares en las esquinas consta de un solo piso, puerta elevada y vanos rectangulares.

También es destacable la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción que ocupa el solar de la antigua y que fue construida en la primera mitad del siglo XVI, cuando los mudéjares expulsados de Mojácar se asentaron en Turre. En el siglo XIX, la iglesia estaba en esta ruinoso y su techo se desplomó en 1859. La nueva iglesia, de estilo ecléctico, termina de construirse a finales del siglo XIX. La visita puede continuar por los restos del Paleolítico Superior, el Neolítico y otros períodos prehistóricos que se hayan en la cueva de La Palmera, y la cueva de Los Murciélagos, bajo el antiguo poblado musulmán de Teresa. Los viernes, es habitual ver a vecinos y turistas en el 'mercadillo', donde destaca la calidad de la fruta. Otra interesante alternativa de ocio son los talleres artesanos que ofertan trabajos y especialidades de esparto, encajes de bolillos y latón. En cuanto a la gastronomía, Turre puede presumir de contar con reconocimiento a nivel nacional, especialmente por sus platos de cuchara, como los gurullos con conejo o perdiz, las pelotas, la olla de trigo o el ajo colorao, recetas que han sobrevivido varias generaciones. En los establecimientos de restauración, no faltan los caracoles que es la tapa estrella entre los visitantes que hacen un alto en la playa para degustarlos.

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