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La Biblioteca del Siglo XXI conserva la esencia del conocimiento y la vida

La Biblioteca del Siglo XXI conserva la esencia del conocimiento y la vida

El placer de tocar. De sentir. El tacto que tiene al cogerlo. Es lo que ofrece un libro de papel, que las nuevas tecnologías, el libro electrónico, no ha podido ofrecer aún. Y no es poco, más cuando hablamos de niños. Pero, no sólo eso es lo que aportan las publicaciones infantiles, también figuras que saltan de sus páginas y un sinfín de posibilidades animación que inciten a los más pequeños a 'agarrar' un cuento y comenzar a tener el 'gusanillo' de entender lo que explican sus páginas, introduciendo al joven lector en un mundo mágico que se desarrolla dentro de su mente y que le hace empezar a comprender la vida desde lo más sencillo.

Jennifer Simón Carrión

Martes, 10 de mayo 2016, 09:40

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La lectura es clave para una buena educación y una buena formación, algo tan simple y lógico que, a veces, pasa desapercibido y que además y según alguien que entiende mucho de lo que habla, «es el pilar básico para conseguir 'salvar' la crisis». Francisco Ruiz de Haro, el bibliotecario de Vera, lo expresa así de claro: «la lectura es la base, porque sirve para el estudio. Alguien que estudia y que ha aprendido a leer bien antes tiene más posibilidades de futuro».

Y con todos los objetivos citados anteriormente y otros muchos, Francisco ha confeccionado un proyecto de animación a la lectura para niños de entre tres y once años, bajo el título 'Aprende a leer con los cuentos', con el fin de conducir a los pequeños al hábito lector a través del descubrimiento del contacto con los libros y sus múltiples posibilidades. El proyecto le ha valido uno de los reconocimientos que se otorgan dentro de la Campaña de Animación a la Lectura 'María Moliner', organizado por la Subdirección General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, y que supone una subvención de alrededor de 2.300 euros para la adquisición de libros, «que irá destinada, sobre todo, a aumentar la oferta de la Biblioteca veratense en literatura juvenil e infantil», añade Ruiz.

Vera, junto a Carboneras y Pulpí, han sido las bibliotecas, según apunta Francisco, que han conseguido proyectos reconocidos de los 300 que se han otorgado a nivel español.

Dejando las 'maquinitas'

Pero, las nuevas tecnologías son un avance que no se puede dejar de lago, «hay que utilizarlas, pero bien, en su justa medida», apunta Francisco, de hecho, la Biblioteca de Vera tiene blog y página de facebook y de esta forma comunica las novedades de las que se dispone y de forma rápida se consiguen intercambios entre bibliotecas o encontrar un libro o publicación determinada, se hacen consultas y se da información. «Hay que aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías, de que en un libro electrónico quepa mucha información, pero no hay que olvidar que las ganas de leer para los más pequeños deben abrirse con todos los sentidos», apunta.

Y, así el proyecto 'Aprende a leer con los cuentos' contempla multitud de actividades por grupos de edad que se desarrollarían alrededor de un cuento. Y, de las mismas, se hace responsable a toda la sociedad y la comunidad educativa que forma parte del mundo del niño: profesores, monitores de ludoteca, padres, abuelos, entre otros.

«Vamos a dejar un poco las maquinitas y vamos a sacar a nuestros pequeños a la calle, los llevamos a la biblioteca y les mostramos todos los servicios y posibilidades que tienen a su alcance», resume el bibliotecario veratense.

Con los cinco sentidos

Francisco propone captar la atención de los niños a través de los cinco sentidos y dependiendo de las edades. Establece así seis grupos desde tres a once años y en cada uno aporta las sugerencias de actividades a realizar relacionadas con la difusión, promoción de la lectura en estos lectores que se inician. Para los más pequeños, «sesiones de cuentos musicales, a través de un monitor que les cuente la historia con láminas ilustrativas y con música y que después se pueda cantar. O bien, representaciones de mímica de los cuentos que se cuenten, incluso a través de un disfraz con algún protagonista del mismo, y también es interesante la representación con marionetas y títeres que podrían realizar los propios niños a través de un taller de manualidades».

Las propuestas y posibilidades son miles, y algunas de ellas, las plasma Francisco en su proyecto, añadiendo y haciendo más complejas las actividades conforme la edad avanza.

800 personas al mes visitan la Biblioteca Municipal de Vera. Francisco las atiende, las asesora y ayuda a aquellos que, como por ejemplo, Ana, una bióloga que le pide lo que necesita para su investigación en su propio pueblo. Pero, no es lo más habitual, lo más habitual son personas con intereses literarios y que van buscando, sobre todo, las novedades.

«Eso sí, a partir de leer una novedad literaria, se enganchan al autor y leen otras obras. Cuando me preguntan si tenemos algo más del mismo autor, siempre les digo: ¡Claro! La estantería está llena de otros libros de ese autor que te están esperando». Aquí en la Biblioteca Municipal la experiencia no es la misma que en una biblioteca de Universidad, por ejemplo, matiza Francisco, «aquí tienes más contacto con el lector, allí en la Universidad es todo como más técnico y científico y va más dirigido al estudio». Quizás aquí, en un pueblo como Vera, o como cualquier otro de la comarca, pasa con la lectura como suele pasar con otras cosas importantes de la vida, la cercanía es la principal característica. Por eso, puede ser muy importante no desatender las necesidades de un lugar en el que se guardan miles de historias y conocimientos que están al alcance de cualquiera y que es necesario que los más pequeños, aquellos que forjarán la sociedad futura sean conscientes de lo mucho que pueden aprender y enseñar a través de un acercamiento directo a la Biblioteca Municipal.

Lo que queda patente es que, al final, la vida de toda la sociedad depende de los libros porque aún estando en la era de las nuevas tecnologías, lo que seguro no se apaga nunca es el lápiz y el papel. Ciertamente la utilidad de la informática, internet y las redes sociales es francamente inmensa y es necesario usarlas y sería 'tonto' no hacerlo, pero, como todo, sin olvidar la esencia que también las han creado o de la que se nutren para funcionar. Al final, la Biblioteca del Siglo XXI se sumerge en las nuevas tecnologías para llegar más rápido y fácil a unas estanterías llenas de vida.

 

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