La Zona Norte de Almería, en rojo por el avance explosivo del virus

Según los datos ofrecidos ayer por la Junta de Andalucía, de los 26 fallecimientos en la provincia, la mitad corresponden a vecinos pertenecientes a este distrito sanitario. En cuanto a contagios, supera los 5.000 casos por 100.000 habitantes la localidad Bacares (8.000) y, en segundo lugar, se encuentra Antas (4.162), que ha conseguido bajar de los 5.000 aunque suma 11 nuevos positivos. Por otra parte, localidades como Arboleas (562,3), Bédar (609,8), Chirivel (805,9), Pulpí (772,3), Purchena (601), Serón (983,8), Suflí (510,2) y Taberno (718,7) se encuentran con una tasa de incidencia mayor a 500 casos por 100.000 habitantes, lo que significa el cierre perimetral, mientras que el ocio y actividades no esenciales pueden seguir operativas.

Según los datos publicados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), el Levante-Alto Almanzora acumula una tasa de 1.485,8 por 100.000 habitantes. Esta área sanitaria ocupa desde el pasado viernes el segundo puesto entre los distritos sanitarios con mayor incidencia de contagios a nivel andaluz, por detrás del gaditano Campo de Gibraltar Este.

Son unos datos sin precedentes desde que en marzo comenzase la crisis sanitaria y que sitúan a la comarca en el punto de mira de las restricciones más duras con el cierre de toda actividad no esencial. Tanto el comercio como la hostelería afrontan de nuevo el parón en una pesadilla que parece no tener final.

La tercera ola de la pandemia de la covid-19 mantiene contra las cuerdas a la población de las comarcas del Levante y Alto Almanzora, que entra en el mes de febrero con más de cien casos nuevos. La situación en el Distrito Norte es «muy preocupante», según declaraciones del delegado territorial de Salud, Juan de la Cruz Belmonte.

Estos casos continúan ligados al final de las fiestas de Navidad, donde la población se relajó con el cumplimento de las medidas. «La curva empieza a estabilizare porque la gente ahora está saliendo menos que durante la Navidad. Por este motivo, si se pudiera optar a confinamientos domiciliarios en municipios que rebasen la tasa de los 1.000 casos se podría frenar la curva más deprisa», defendió el delegado a IDEAL. Belmonte añadió que se necesita «bajar la curva de infectados lo más rápido posible para poder dedicar los esfuerzos a vacunar a la población en el menor tiempo posible. Inyectar y no paliar».