Carboneras aprueba el reglamento y los precios para el uso de la piscina municipal

El alcalde de la localidad, José Luis Amérigo Fernández, destacó el firme compromiso del actual equipo de gobierno de abrir esta instalación, para lo que se han dado estos dos avances esenciales para poder hacerlo y se han salvado otros obstáculos con los que se encontraron al asumir la responsabilidad de gobierno, como la falta de cumplimiento de la normativa sanitaria andaluza y cuestiones relacionadas con un deterioro por falta la de mantenimiento.

El uso de la piscina cubierta, ubicada en el Pabellón Polideportivo de Carboneras, es una reivindicación de años por parte de los vecinos y vecinas que podrá hacerse realidad cuando se termine de dotarla del mobiliario y equipamientos necesarios, cuestiones en las que ya se está trabajando por parte de la Concejalía de Deportes.

Amérigo Fernández aseguró en el pleno de que «no hay duda de que este equipo de gobierno abrirá la piscina, aunque decepciona la actitud destructiva de la oposición» también en un asunto como este. Una oposición que, con portavoces municipales que formaron parte del gobierno municipal en los dos mandatos anteriores, ha recordado «no fueron capaces de hacer cuestiones que ahora reclaman o critican cómo se hacen».

En ese sentido, el portavoz del equipo de gobierno, Ramón Soto, rememoró cómo el actual portavoz de Carboneras Avanza, Felipe Cayuela, mintió al anunciar poco antes de las últimas elecciones municipales «que la piscina se abriría en dos semanas» cuando durante el pleno reconoció «él mismo que se necesitan al menos de dos meses de tramitación para la aprobación definitiva del reglamento de uso, que él no tenía listo, desde que se expone públicamente».

Por otro lado, al portavoz de Gicar, Salvador Hernández, le recordó que ni tan siquiera las obras de otros espacios dentro del Pabellón, financiadas con fondos de la Diputación Provincial, «las terminaron por pagar en la parte que corresponde al Ayuntamiento y las hemos tenido que abonar en este gobierno», además de dejarle clara la defensa del modelo de gestión pública de esta instalación por parte del gobierno municipal frente «a otros que están más preocupados por empresas que sirvan de puertas giratorias».

Los precios públicos aprobados por el pleno del Ayuntamiento de Carboneras para el uso de la piscina contemplan un abono familiar de 60 euros al mes para familias monoparentales y aquellas formadas por parejas e hijos menores de 18 años y otro para mayores de 65 años por 30 euros al mes, la misma cantidad que pagarán aquellas personas con discapacidad reconocida superior al 33%. Los abonos individuales tendrán un precio de 40 euros al mes.

En esos casos, para mayores de 18 años, se recoge la bonificación del 50% cuando se cuenta con renta anual inferior o igual al IPREM. También un 50% se bonificará a aquellos usuarios que padezcan enfermedades o dolencias que requieran del uso de la piscina como parte de un tratamiento de rehabilitación cuando estos formen parte de una unidad familiar con ingresos anuales inferiores al límite para presentar declaración de Renta.

Por último, los cursillistas pagarán 25 euros al mes y, en el caso de ser abonados, ese precio se reduce a 10 euros. La entrada individual se ha fijado en 5 euros por día y hay una opción de abono estacional, por un máximo de dos meses, a razón de 50 euros mes.

Nuevo juez de paz

Por otro lado, el pleno del Ayuntamiento aprobó la propuesta de Francisco Carlos Chinchilla Domínguez como nuevo juez de paz en Carboneras. Una propuesta ratificada por el equipo de gobierno, frente a la abstención de la oposición en bloque, que se elevará al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía para su próximo nombramiento.

La elección del nuevo juez de paz viene avalada tras la presentación de dos propuestas de entre las que el futuro titular es el único residente en el municipio, además de por la trayectoria personal de Francisco Chinchilla al que, como ha reseñado Ramón Soto, «todo el mundo conoce y sabe de su ayuda a todo aquel que lo necesita» en el pueblo.