La provincia de Almería cuenta con dos cuencas de gran importancia como recursos hídricos del territorio provincial, los embalses de Benínar y Cuevas de Almanzora. En ellos se podrían albergar utópicamente –debido a la gran escasez que presenta como tradición la geografía almeriense– casi 2. ... 207 millones de litros de agua. Actualmente, sin embargo, en el de Cuevas de Almanzora solo se cubre un 24% de esa capacidad millonaria. Y, aunque el pico del máximo histórico se produjo el pasado 1 de julio con 39.4 hectómetros cúbicos, un mes después, se sitúa ya en 36,11 hectómetros cúbicos. La cifra es, no obstante, muy escasa comparándola con otros embalses de la demarcación hidrográfica de las cuencas mediterráneas, a la que pertenece la provincia almeriense.
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta son las temperaturas extremas que se han producido, junto con la ola de calor interminable que sacude a día de hoy a la mayoría de provincias españolas, generando máximas de 44 grados en el valle del Guadalquivir. Unas condiciones meteorológicas que se suman para aumentar más el riesgo de sequías en algunos pantanos, presas y embalses de la geografía provincial y el territorio andaluz.
El embalse de Benínar, que tiene una capacidad total de 62,9 hectómetros cúbicos, posee en la actualidad 12,93 de su llenado, es decir, el 20,55% del total de su capacidad. Este enclave tuvo momentos críticos cuando, en el año 2016 y, en concreto, el 31 de julio, obtuvo su mínimo histórico, con 3,1 hectómetros cúbicos, un 5% de su volumen global.
El embalse resurgió como Fénix
El pantano cuevano ha tenido que ser «rescatado» para no ser –tal y como se le llama en la jerga hidrológica– un «embalse muerto». En 2010, se declaró de carácter urgente el envío de agua al pantanal debido a que se alcanzaron mínimos históricos del 1% de toda su capacidad. Para solucionar este gran problema de sequía se tuvo que acudir a trasvases próximos –como el del Negratín-Almazora y el del Tajo-Segura– dándole anualmente una cantidad de 50 y de 15 hectómetros cúbicos, respectivamente. Con estas aportaciones, el nivel del embalse pudo resurgir de sus cenizas como el ave Fénix.
El SAIH Hidrosur –Sistema Automático de Información Hidrológica de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas y Cuencas de Guadalete-Barbate–representa y divide el territorio en las cuencas mediterráneas andaluzas, que comprende desde Almería hasta zonas de la provincia de Cádiz y la cuenca de Guadalete-Barbate. Unas cuencas que se dividen, a su vez, en subsistemas provinciales y comarcales. En ella, el embalse de Cuevas de Almanzora pertenece al sistema V, mientras que el embalse de Benínar pertenece al sistema III.
El informe del SAIH, con su última actualización el pasado 31 de julio, hace un balance de los últimos tres años que incluye el porcentaje de llenado de los embalses. Según el documento, en el sistema IV y V –donde se agrupa a la mayoría del territorio almeriense– se ha producido este año un incremento en los llenados de los embalses que arroja 36,24 de hectómetros cúbicos de media frente a los 21,26 en 2021 y los 28,19 del año 2020.
En cambio, el sistema III –que incluye el embalse de Benínar– cae casi siete cifras por debajo de la media con 135,93 hectómetros cúbicos cuando, durante 2021 y 2020, se había mantenido una media casi intacta salvo por una décima. En concreto, la cantidad fue en 2020 de 141,12 y, en 2021, de 141,11 hectómetros cúbicos.
Aunque las principales cuencas que aportan suministro hidrográfico son la de Cuevas de Almanzora y Benínar, hay otras presas y embalses que dan soporte a las principales. Son un total de siete. Las «tres belenes»: la del embalse de Belén Cagüella, la de Belén Flores y la de Belén Gato; las ya mencionadas presas de Benínar y de Cuevas de Almanzora; y las presas de Fiñana y Níjar.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.