«Aún hay muchos españoles en el extranjero esperando poder volver a casa»

Finalmente el tercer vuelo que compraron para el día 23 de marzo salió. En concreto, este fue el último vuelo desde el Aeropuerto de Mumbai hacia Europa, aterrizando en Amsterdam.

«Desde que compramos el vuelo, todos los días y a todas horas mirabamos el estado del vuelo por si se cancelaba, ya que estaban cancelando todos los vuelos. El día 23 tuvimos que estar todo el día en nuestro alojamiento sin poder salir hasta las 21.00 horas. Una vez que salimos, nos dirigimos a la estación de tren de Mumbai para coger el tren para el aeropuerto. Los policías no nos dejaban entrar en la estación de tren insistían en que el aeropuerto estaba cerrado que lo había dicho el Gobierno».

Comentan que la Policía no les creía a pesar de que les enseñaban los billetes, y que no saben cómo pero finalmente les dejaron entrar en la estación. Una vez dentro estuvieron esperando una hora a que llegase el esperado tren, pero no llegaba, y los nervios iban en aumento. «Nuestro vuelo salía a las 02:30 pero el aeropuerto estaba a 26 kilómetros de nuestro alojamiento. Salimos de la estación en busca de otra opción, no había coches, no había taxis... no sabíamos cómo podíamos llegar al aeropuerto. A Pili le entró un ataque de ansiedad. Aquello parecía un infierno, teníamos el vuelo confirmado pero no podíamos llegar al aeropuerto. La situación era surrealista, estábamos en una de las ciudades más pobladas del mundo con más de 20 millones de habitantes y no había casi nadie en la calle».

Esta pareja cuenta que las aplicaciones de servicios de reserva de taxi no se encontraban disponibles y que echaron a andar en dirección al aeropuerto con la esperanza de que algún taxi parase y los llevase al aeropuerto. «Veíamos taxis pasar vacíos pero no nos querían coger por el coronavirus, hasta que uno finalmente accedió a llevarnos. El precio que debíamos pagar en condiciones normales era sobre unas 600 rupias… El chófer, nos pidió 1500 rupias. Con un poco de regateo lo conseguimos dejar en 1000 rupias».

Cuando por fin consiguieron llegar al aeropuerto, la pareja afirma que estaba completamente vacío. «Estábamos unas cien personas esperando para coger el vuelo hacia Europa, el último vuelo. Una vez que despegó el avión, todo el mundo aplaudió celebrando que por fin podíamos volver a España».

Carlos y Pilar se encuentran pasando la cuarentena en casa, un final feliz para esta pareja que insiste en que «aún hay muchos españoles desamparados esperando poder volver a casa».