Bernardo Abril
Almería
Viernes, 13 de octubre 2023, 14:30
La Unidad de Gestión Clínica (UGC) Huércal-Overa del Área de Gestión Sanitaria Norte ha llevado a cabo en el Hospital La Inmaculada la Jornada de Formación en Situaciones de Emergencia: 'Simula-ton'. Un evento que ha tenido como principal objetivo actualizar los conocimientos de los profesionales en soporte vital avanzando, con el fin de disminuir la mortalidad y las secuelas que ocasionan las paradas cardíacas, según las recomendaciones de la European Resuscitation Council (ERC), así como disminuir la variabilidad clínica en la respuesta a las emergencias.
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Tal y como han indicado desde la UGC, «el conocimiento y dominio de las técnicas de soporte vital avanzado por los colectivos médicos, de enfermería y técnicos de emergencias sanitarias genera un beneficio indiscutible al mejorar el tiempo y la calidad en la atención, influyendo en el pronóstico de supervivencia de las emergencias sanitarias». Asimismo han incidido en que «el conocimiento teórico debe ir acompañado de un entrenamiento práctico y unos hábitos que garanticen su correcta aplicación».
En total han sido 32 los profesionales que se han formado en situaciones críticas: técnicos de emergencias sanitarias, enfermeras, MIR, EIR, alumnos de enfermería y médicos de familia. La actividad ha sido organizada y coordinada por el instructor en Soporte Vital Avanzado, y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, Esteban Requena Carrión, y en ella los participantes pudieron enfrentarse a situaciones simuladas y role-playing de arritmias, parada cardiaca, hipoxia, hipovolemia, neumotórax a tensión, desfibrilación y marcapasos externo entre otras.
La actividad formativa ha seguido las tres fases de la simulación: información o briefing, en la que el instructor presentaba a los profesionales la dinámica de simulación y sus reglas. Éste les ha proporcionado toda la información necesaria sobre la emergencia que se va iba a recrear (el escenario, sus componentes, las herramientas a emplear, los roles asignados, las pautas, el protocolo de actuación, etc.); fase de simulación, donde el profesional experimenta y se enfrenta a la situación simulada. Y por último, la fase de evaluación o debriefing. Una vez realizada la simulación, el instructor y los profesionales han evaluado, analizado y reflexionado sobre los resultados obtenidos en dicha experiencia para conocer los aspectos positivos, y mantenerlos, e identificar los aspectos negativos, y mejorarlos.
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