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De Mojácar a Cracovia: «Este viaje es un antes y un después»
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María Moreno y Natalya Kabyuk regresan de Polonia tras un viaje que ha permitido a 21 refugiados encontrar seguridad en EspañaAlicia Amate
Almería
Sábado, 12 de marzo 2022, 10:02
María Moreno jamás pensó que sería capaz de protagonizar la «odisea» que acaba de concluir. Casi sin pensarlo, al estallar la invasión de Ucrania, decidió echarse a la carretera para ayudar de la forma que fuera al pueblo ucraniano y en apenas cinco días ha conseguido llevar un cargamento de ayuda humanitaria y traer a España a una veintena de personas junto a Natalya Kabyuk, amiga y empleada de su restaurante mojaquero 'Cabo Norte', y otros seis voluntarios anónimos que decidieron sumarse a esta aventura tras ver la publicación de la almeriense en redes sociales.
«Que dos personas que no son nadie desde Mojácar hayan sido capaces de mover algo así es increíble», reconocía este viernes desde Francia, a punto ya de traspasar la frontera de vuelta a casa en un coche cargado con un grupo de personas que buscan refugio en España.
«Viene conmigo una chica que dice que si su hijo se queda con la familia que vive en Madrid, ella se vuelve a Ucrania a ayudar», comenta sobre las circunstancias de una de las ocupantes del monovolumen que alquiló para recorrer los casi 3.000 kilómetros que separan su pueblo almeriense de Cracovia, ciudad polaca que describe como «caótica» a raíz del drama de los refugiados que buscan la seguridad que les ofrece la Unión Europea.
Allí recogieron a 21 personas en total, mujeres y menores sobre todo. «Seis van a Valencia, las cinco que vienen conmigo se quedan en Madrid, otras tres van a Málaga y el resto se vienen a Mojácar. El Ayuntamiento les va a buscar un hotel para estos días», detalla aún sin terminar de creerse lo que están haciendo: «Somos ocho locos en cuatro vehículos».
Junto a María y Natalya cruzaron media Europa otros tres vehículos después de que hiciese pública a través de redes sociales su intención de emprender este viaje. David Mahiques se ofreció a viajar con su furgoneta de nueve plazas. Junto a él, compartiendo volante, viajó el también ucraniano Ihor Prodanchuk.
Desde Aguadulce contactó Jorge Escudero para ofrecerse como conductor, lo que coincidió con que un empresario de la zona pagó el alquiler de una furgoneta más, y también se unieron a la expedición el inglés Lawrence Jebb e Ivan Levytskyy, también ciudadano de Ucrania.
Completando el equipo, se encuentra el abogado Jesús Pulido, cuyo vehículo eléctrico se averió en el camino y tuvo que regresar junto a Natalya Kabuyk en avión, lamenta esta almeriense, sin las personas con las que tenía previsto volver a bordo. A veces las cosas no terminan como se planearon, pero aún así, afirma que el viaje ha finalizado «bien, para como podría haber salido».
¿Repetiría? Asegura que no. Al menos, no del modo en que lo ha hecho. Tiene claro que, si alguien le pregunta, le recomendará que la mejor fórmula es alquilar un autobús dado el elevado coste del combustible, de los peajes y de los propios vehículos, si se opta por rentarlos. De hecho, todavía ayer no había hecho cuentas sobre cuánto ha supuesto el viaje para el que ha contado, eso sí, con apoyo económico desinteresado por parte de particulares, el Ayuntamiento de Mojácar y algún empresario: «Lo más grande que hay es la solidaridad».
Sobre la experiencia en sí, más allá de las interminables horas al volante –«en dos días nos plantamos en Polonia»– asegura María Moreno que «este viaje es un antes y un después» en su vida. «Me impactaron las caras de las personas que estaban allí», describe antes de hacer una reflexión sobre dos realidades completamente diferentes: «Yo llegaré a mi casa, a mi vida. Pero ellos no saben si volverán algún día ni siquiera a su país. Ahora lo entiendo todo de una manera muy distinta».
La expedición 'capitaneada' por las dos valientes vecinas de Mojácar y motivada por los lazos familiares de la ucraniana de origen Natalya Kabuyk, se pudo completar en menos de seis jornadas. Partieron el domingo a las cinco y media de la madrugada de la localidad almeriense, a la que regresaron en la noche de este viernes. En total unos 6.000 kilómetros que prácticamente han recorrido sin descanso. Dos días de ida, dos de vuelta y uno en Cracovia.
El monovolumen de María Moreno llegó hasta Cracovia, desde allí, otro de los conductores trasladó la carga que llevaban en su caravana hasta la frontera con Ucrania, donde más la necesitan ante el aluvión de personas que reciben diariamente. Mientras tanto, trataban de dar con las personas incluidas en el listado que Natalya había ido elaborando, con ayuda de su prima, que se encontraba en la ciudad polaca y que se traslada con ella a Mojácar huyendo del conflicto.
Solo en el viaje de vuelta, ya en Francia, decidieron parar una noche para descansar en un camping de Lyon, desde donde María Moreno compartió a través de redes sociales un amanecer cargado de simbolismo después de ser testigo del mayor horror al que se puede enfrentar el ser humano: la guerra. La hazaña solidaria terminó anoche, después de cruzar de norte a sur España, aunque para la veintena de personas que estos ocho españoles han conseguido traer con ellos las consecuencias de la invasión rusa no se desvanecen.
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