Turre recupera su historia más antigua al recuperar unos libros de bautismos de 1618
Ayer era un día muy importante para la historia de Turre porque volvía a su sitio el libro más antiguo de la iglesia del municipio, un documento que desapareció hace más de 25 años durante las obras en el edificio y que hasta ayer suponía tener perdido el pasado más antiguo de la localidad. Alguien se lo daba ayer a Don Paco con la intención de devolverlo a la iglesia.
Jennifer Simón Carrión
Martes, 10 de mayo 2016, 10:30
Así lo explicaba Juan Grima, historiador y editor, que hablaba con IDEAL para hacernos saber la importancia de la reaparición de este documento. «Los libros 1-3 de Bautismos, que se inician en el año 1618 y que están encuadernados en un sólo volumen, desaparecieron hará unos 25-27 años. En aquel entonces había un curo que tuvo problemas y que tenía la iglesia algo descuidada. Un día hubo una gran lluvia y de las dos sacristías que contempla la iglesia, de una cayó el techo y llenó de agua las estanterías donde se guardaban los libros de bautismos y algunos más. Me llamó el cura y con un secador de pelo fuimos secando los libros y guardándolos en la otra sacristía. Yo llegué a verlo, pero alguien, aprovechando que la iglesia estaba en obras durante varios meses para arreglar los desperfectos, aprovechó la ocasión para llevárselo», cuenta Grima.
Es una gran noticia que hay que celebrar porque «este libro es el más antiguo de la iglesia, empezaba justo en el año en que se comenzó a registrar a los repobladores de la zona. Contemplaba nacimientos, pero también algunas hojas de defunciones y visitas del obispado», añade.
Para entenderlo hay que contar un poco de historia, «entre 1570 y 1618 se obligó a los cristianos de Turre a establecerse en Mojácar porque ésta última tenía murallas y así se evitaban los ataques moriscos. Los turreros se fueron a Mojácar y allí estuvieron hasta el año 1596, cuando volvieron a Turre, aunque los curas no volvieron hasta el año 1618 que el Obispado les obligó y se le da a Turre una diezmería propia. Desde 1618 y en los próximos 60 años se registran así los nacimientos de Turre y de Sierra Cabrera, donde había otra iglesia», afirma Grima.
Por lo tanto, continúa el historiador, «para la investigación genealógica, antes, sin este documento no se podía establecer una genealogía concreta, ahora sí, porque se puede hacer desde los primeros repobladores».
Hasta ayer, «los turreros estaban completamente huérfanos en su pasado eclesiástico más antiguo. Y sobre todo a la hora de rescatar nuestras genealogías era un documento vital. La manera en la que se unía a los turreros a la Edad Media. Creí que sólo se podría recuperar bajo secreto de confesión después de mucho tiempo», confiesa Grima.
Así que, para Juan Grima, con la reaparición de ayer, «Turre vuelve a completar libros de su patrimonio eclesiástico y eso hay que celebrarlo, porque además es el libro más antiguo de todos». De esta forma felicitaba a todo el pueblo por el reencuentro con su pasado más antiguo, que fue devuelto a la Iglesia en la misma tarde de ayer, haciendo posible así «una recuperación histórica crucial y fantástica»
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