Concentración en el instituto garruchero para pedir un docente de educación especial
Ayer comenzaba el curso para miles de estudiantes de Secundaria en la comarca del Levante almeriense, pero no lo hacía para Marcos. No porque él no quisiera, ya que, de hecho, según cuenta su madre, Lucía, a Marcos no le ha hecho ninguna gracia no comenzar el curso con sus compañeros. El problema es que no hay respuesta de la delegación de Educación respecto a la situación que le plantearon los padres de Marcos y es que no van a escolarizar a su hijo en Vera, fuera de su entorno habitual, tal y como considera la delegación que deben hacer porque en el pueblo vecino sí existen los recursos para educación especial.
Jennifer Simón Carrión
Martes, 10 de mayo 2016, 08:43
Ante la falta de comunicación oficial de la delegación, que se comprometió a darles una respuesta la semana pasada, ayer los padres del chico, se concentraban con casi un centenar de personas más a las puertas del instituto garruchero.
Lucía y Antonio siguen en su lucha para conseguir que su hijo siga estudiando en su entorno, porque saben que sacarlo de él, supondría un perjuicio para el chico desde todos los puntos de vista, personal y académico. Se quejan de que la delegada de Educación, Isabel Arévalo, les dijo que la semana pasada les diría algo sobre su tema que estaban estudiándolo, pero no ha habido ninguna comunicación, a pesar de que los atendió correctamente y sensibilizada con el asunto.
Lucía asegura que la delegada habló de la coyuntura económica al abordar la contratación de un maestro de educación especial en el IES Mediterráneo de Garrucha, y la madre respondió que se podrá recortar en otras cosas, y que nuestros hijos no tiene culpa de la crisis económica.
Marcos sólo necesitaría en el centro educativo de Garrucha un maestro porque el espacio sería fácilmente acondicionado. Los padres se muestran «inflexibles» respecto a su posición de no llevar a Marcos fuera de su municipio, y vuelven a insistir en que su problema no es el transporte hasta el centro, sino que todos los informes de los profesionales que tratan con su hijo afirman que no sería positivo para el menor sacarlo de su entorno y su círculo, al que ya está habituado.
«Es lamentable que a día de hoy, en pleno siglo XXI cuando el derecho a la educación es un derecho constitucional que además está plenamente legislado, haya una administración que ponga obstáculos al futuro de un niño que ya tiene sus limitaciones y que se pongan trabas a su desarrollo en su entorno normal», asegura el padre de Marcos.
Lucía y Antonio estuvieron ayer apoyados por cantidad de gente, aunque es mucha más la que manifiesta su sensibilidad con su caso a través de las más de 23.000 firmas que ya han expresado estar a favor de que se dote al instituto garruchero de un profesor de educación especial.
La madre de Marcos va más allá y asegura que «si, como parece, mi hijo es el único que necesita de esa educación especial, pedimos que los recursos que había en el colegio de Garrucha para él, los traigan ahora al instituto si es cierto que nadie más los va a necesitar, y si, por el contrario, hay más niños que necesitan de esos recursos, que se pongan los que sean necesarios para Marcos y para el resto». «Que para eso pagamos nuestros impuestos los ciudadanos para que ese dinero se invierta en lo que es realmente importante, que recorten en otras áreas menos fundamentales, y no en educación que es algo básico», añade Antonio.
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