Solera y ovación para las XIX Jornadas del Toro Bravo de Terraza Carmona de Vera

Durante estos días se ha pasado por la cocina de autor, de producto y tradicional, con platos creados y elaborados especialmente para este evento, y nuevamente, han agradado sobremanera a los comensales. El restaurante Casa Rufino de Isla Cristina en Huelva, demostró que no solo del producto del mar se puede hacer maravilla culinaria, elaborando con un producto típico de la tierra onubense el cerdo ibérico, una elaboración combinada con toro bravo, de exquisito resultado. Pero antes de Huelva, se pasó 'gastronómicamente hablando' por Valencia, en concreto, por Náquera y el restaurante La Noria, que hizo de su plato típico, la paella, un arroz con toro digno de puerta grande. Y antes que él, la apertura de las jornadas, con el restaurante El Doncel, de Sigüenza, Guadalajara, y su cocina de autor. Y para todos esos días, una entrada ya espectacular preparada por el restaurante internacional, Fikä de Buenos Aires, Argentina. Y a un buen comienzo, un buen final, hoy es el último día de jornadas y lidiarán en la cocina, mano a mano, nuevamente, el Restaurante Fikä con el anfitrión, ofreciendo, por parte del primero, un Bifé de res brava rellena de provolone con tendido de chimichurri y una Cazuelito de guiso tradicional de locro argentino. Por parte del segundo, ensalada de pasta negra con pipirrana de asadura, huevo de codorniz trufado y chicuelina de lomo de cuatreño. Después, milhojas de migas en torta con carrillada de burel, morcilla veratense y paseíllo de tropezones. A ello, le seguirá la crema templada de verduras almerienses con tendido de morcillo de utrero estofado, trompetas y foie. Siguiendo con la valiente actuación, un solomillo de toro de lidia asado con su jugo con enrejado de espárragos trigueros, calabaza y habitas tiernas. Y para rematar, fantasía de rabo de toro con crema de dátiles, almendras y chocolate, sobre albero de vainilla. Y, finalmente, una felicitación de los comensales, una agradable estancia como siempre en la Terraza Carmona, no sólo por lo que se sirve en sus mesas, que es un lujo para los sentidos, sino también por el amable trato que siempre se dispensa, por la familiaridad y el buen hacer. Como no podría ser de otra forma, tras un 'regalo' para el paladar de estas características, no queda otra que hacer un brindis por la familia Carmona, por sus Jornadas del Toro Bravo, que, aunque, como decía un amigo de la familia, 'extrañan' un poco este año, siguen ganando solera y saliendo a hombros, y ahora ya también miran al cielo con el orgullo de lo bien hecho.