Huércal-Overa se convirtió en la capital del Bolillo durante el fin de semana
'Hacer encaje de bolillos' no es solo una frase hecha que exprese lo complicado de resolver o de desarrollar algo, sino que, literalmente, es un arte, a primera vista hartamente difícil. Al menos, así lo pueden ver aquellos que no se han introducido en este 'mundillo' de alfileres clavados en la almohadilla que sostiene el tejido que va formando una maravillosa puntilla o, incluso, un complicado cuadro o relleno para un abanico, o cualquier otro tejido de un sinfín de materiales susceptibles de pasar por las diligentes manos de una encajera o de algún 'encajero' que también se vieron en el VI Encuentro que organizó el pasado domingo en el Pabellón de Deportes huercalense la asociación 'La Cuna del Bolillo'.
Jennifer Simón Carrión
Martes, 10 de mayo 2016, 09:35
Dignas de ver las obras de arte y más digno de observar el proceso, el 'trajín' de bolillos e hilos que pasan de un lado a otro, al parecer sin orden ni control, pero al final con el 'concierto' riguroso del dibujo que marca la 'patrón' elegido. En total algo más de 400 mujeres y algún hombre que disfrutaron de una jornada de intercambio de 'trucos', de experiencias y de convivencia. Llegados desde Almería, Granada, Murcia, Alicante, Málaga o incluso Ciudad Real, fueron recibidos por las autoridades locales, ya que el Ayuntamiento de Huércal-Overa colaboró con el evento desde la concejalía de Cultura y Tradiciones. El edil del área, Antonio Lázaro, agradeció la masiva afluencia a este encuentro y animó a las participantes a que «continúen conservando esta tradición y que la enseñen a las nuevas generaciones. Nuestro pueblo es cuna del bolillo y así se muestra hoy. Por supuesto agradecer también a la Asociación la Cuna del Bolillo el enorme esfuerzo que está realizando por mantener parte de nuestra cultura, y por la gran labor que realizan con este encuentro». Las autoridades entregaron a todas las asociaciones participantes un lebrillo artesano con el escudo del municipio. El acontecimiento también sirvió para adquirir utensilios, bordados y diversos artículos artesanos en los puestos que se ubicaron en el interior del recinto. Todo se amenizó con actuaciones de baile flamenco y sorteo y finalmente, y tras una entretenida mañana, admirando los trabajos realizados y gozando de un buen ambiente, las 'encajeras' compartieron una comida en un restaurante de la localidad. La confección de bordados o encajes, al final de toda la jornada, incluso para aquellos menos 'avispados', puede resultar hasta una técnica sencilla a pesar de su apariencia de enredosa, ya que «siempre se juega con las torsiones, trenzados y enlaces. Con estos pocos elementos se pueden hacer todo tipo de encaje de bolillos». Antiguamente, hacer encaje de bolillos, coser o bordar servía también como el momento para la reunión entre mujeres, para charlar y compartir 'chascarrillos' o preocupaciones.
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