Mojácar prevé multiplicar por cinco sus ingresos por multas en dos años
El Ayuntamiento de Mojácar presupuestó en el año 2012 un total de 65.000 euros en el apartado de ingresos por sanciones. Una cifra que se convirtió en 200.000 euros para el año 2013 y en 343.000 en el ejercicio de 2014. Es decir, el consistorio multiplica por cinco en dos años las previsiones de ingresos por multas. Además de estas cifras, llama la atención que en 2012, el montante total de multas impuestas alcanzó los 467.000 euros, mucho más de la previsión municipal. De ellos se recaudaron 190.000. Al año siguientes, se impusieron multas por valor de 385.000 euros, de los que se recaudaron 162.000.
Jennifer Simón Carrión
Martes, 10 de mayo 2016, 10:11
Para Unión Mojaquera (UM), grupo de la oposición que hizo públicos los datos, esto es consecuencia de «la disparatada ordenanza de ruidos que el equipo de gobierno del PP de Mojácar aprobó en su momento con los votos en contra de toda la oposición». Desde UM recuerdan algunos ejemplos relacionados con las multas y la ordenanza de ruidos, como «el tema del 'botellón de agua' que supuso una multa de quinientos euros a cinco jóvenes murcianos, o la denuncia a otro grupo de jóvenes (601 euros por cabeza) por parte de la policía aún después de bajar la música atendiendo a las indicaciones de la propia policía».
Eso sí, Unión Mojaquera despoja de toda «culpa» a los «agentes municipales» y apunta directamente a «la descerebrada postura de la alcaldesa del PP de Mojácar, Rosa María Cano, y su equipo de Gobierno que introdujeron un artículo en las celebres ordenanzas que obliga a la policía a que, cuando compruebe que se está desarrollando cualquier acto generador de molestias, a su juicio inadmisibles, requerirá a los autores para que desistan en su actitud 'y' formulará denuncia». A entender de UM, «el valor de esa 'y' es demoledor ya que obliga a la policía a denunciar aún cuando la persona atienda sus indicaciones, así que salvo que ocurra un milagro nos tememos que estos jóvenes y otros que seguramente vendrán después han caído en la telaraña del afán recaudatorio que esta ordenanza persigue». El grupo que lidera Diego García en el consistorio mojaquera tiene claro el objetivo, por tanto, de esta normativa y expresa su deseo de que «éste sea el último verano que se aplique esta ordenanza y que el nuevo equipo de Gobierno que saldrá de las elecciones municipales lo cambiará con toda la urgencia posible para impedir que Mojácar siga apareciendo en los medios de comunicación con noticias tan penosas para nuestra imagen como pueblo turístico». La ordenanza contra ruidos de la localidad mojaquera que pretendió conjugar el ocio nocturno de un sector del turismo con la tranquilidad de otro, se convirtió en una norma «muy ruidosa» que tuvo trascendencia en medios de comunicación nacionales e internacionales por la inclusión de artículos que suscitaron todo tipo de ironías, al prohibir jugar al dominó o a los dados en las terrazas o correr, saltar o bailar en las viviendas.
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