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Vidas que emanan del cementerio

Vidas que emanan del cementerio

En días como hoy, es normal pararse y pensar en la vida y la muerte. Pensar en qué pasará cuando uno cierra los ojos para siempre, en quién le recordará, cuánto tiempo, en quién estará rondando en los cielos o el infierno, en si habrá almas alrededor nuestro sin darnos cuenta. En días como hoy, un paseo por el cementerio, leyendo fechas, nombres y las frases que dejaron aquellos que amaron al que se fue de su lado, para siempre, hacen que la mente empiece a imaginar, cuando las fechas ilustran las vidas y muertes de otros siglos, no tan lejanos, pero lo suficiente, como para imaginar una historia en blanco y negro.

Jennifer Simón Carrión

Martes, 10 de mayo 2016, 10:39

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Los cementerios, al final, son lugares cargados de historias, de vidas que fueron. Y como en la vida, algunas personas que allí descansan parecen desprender aún parte de la esencia que las hicieron especiales, a veces, para algunos, otras para mucho, siempre para alguien. Mojácar, por ejemplo, es lugar de personajes ilustres, al menos, característicos, seguro particulares. Lo fue, especialmente hace unas cuantas décadas, y su reflejo está, irremediablemente, en su camposanto, donde muchos de aquellos que fueron admirados o destacados, quisieron pasar el resto de su eternidad. Aquellos que un día dejaron sus lugares de nacimiento y que se enfrascaron en la energía y la magia mojaquera, siguen bajo el mismo sol de entonces, ahora en el cementerio de Mojácar. El Consistorio mojaquero lo explica así: «Nunca conoceríamos del todo Mojácar si no hablamos de sus personajes, de aquellos que un día, abandonaron sus ciudades y sus países para acariciar esa libertad que el nombre de Mojácar les aseguraba. Ellos, más altos y más rubios que los mojaqueros de nacimiento, se convirtieron enseguida en referencia de un modo de vida que rápidamente dio la vuelta al mundo entre la élite del 'buen vivir' y del arte. En un lejano pueblo de la provincia de Almería, comenzaron a convivir una escasa población de andaluces agricultores con pintores, escritores, pianistas e incluso con el único torero británico que se conozca. Personajes que vivieron el descubrimiento de Mojácar, allá por los años 60 y que hoy, componen sin duda la imagen del recuerdo más cercano y no por ello menos mítico. Frederick Mooney (Fritz), Win Wells, Henry Higgins, Paul Beckett, William Napier... enterrados en el cementerio de Mojácar, donde hoy descansan en paz, bajo el mismo sol y la misma energía que un día les atrajo aquí». La tumba de Higgins hace recordar su historia. Fue el primer torero británico y quizás el último, su primer padrino fue Brian Epstein de Los Beatles. Henry, de madre colombiana, estudió el difícil arte del toreo en España y tomó la alternativa en la Plaza de Fuengirola de manos de Antonio Ordóñez, en sus carteles aparecía bajo el nombre de Enrique Cañadas y dieron la vuelta a diversos lugares de nuestra geografía, al igual que su libro 'How to be a Matador'. Dejó el arte del toreo para dedicarse a la representación de productos de importación, y finalmente, amante de las actividades de riesgo, conoció la muerte en Mojácar, al precipitarse en ala delta. Frente a él descansa, en la conocida como zona de los 'ingleses', Win Wells famoso dramaturgo que estableció casa en Mojácar durante muchos años, constituyendo también su propio teatro. Autor de obras tan importantes como 'Gertrude Stein y un Compañero', estrenada en Mojácar, antes de pasar a Broadway, dónde cosechó importantísimos éxitos y premios. Su Obra 'Cante Hondo', basada en el tema Lorca , fue igualmente un importante referente cultural. El Mariscal de aviación Purcell, héroe de la Segunda Guerra Mundial, era otro personaje inimitable que convivió en aquellos míticos años 60, así como Kate la Irlandesa, que reconocía haber sido pieza clave de la M.I. 5 ( servicio de espionaje británico) y haberse lanzado en paracaídas en repetidas ocasiones en diversas misiones peligrosas, en fuego cruzado..... Cerca , y amenizando este cementerio variopinto y multiétnico, Mike ( Solo) Connolly, líder del grupo británico 'Flying Vultures'. Además de todos ellos, de los que habla el Consistorio mojaquero, no se olvida al irrepetible William (Bill) Nappier , famoso industrial británico que terminó sus días en Mojácar, no sin antes invitar y ejercer de anfitrión en una Mojácar virgen y por descubrir, dónde un entusiasta alcalde, que hoy reposa junto a ellos, decidió un día regalar parcelas a todo aquel que en el plazo de un año construyera una casa. Aquella época, en la que se disponía de tiempo , la vida era supervivencia y juerga. Quizás, quién sabe, su descanso eterno sigue siendo tan interesante, tan intrépido, tan genial como fueron sus vidas. Lo que es seguro es que dejaron su impronta en aquellos años y que siguen y seguirán siendo recordados, gracias también al testimonio escrito que detalla todo esto, los que vivieron, los que viven, y los que descansan en Mojácar, en una publicación como puede ser 'Mojaqueros de hecho' de Francisco Haro Pérez, publicado por el Instituto de Estudios de Almería en el año 2014. Ahora todos ellos, y muchos más, conviven junto a los mojaqueros que también descansan en paz en el cementerio de la localidad.

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