Una madre pierde su bebé en Huércal-Overa y recoge firmas «contra las negligencias»

«Mi pequeño Franz solo tiene tres años y ya ha tenido que conocer lo que es un cementerio. Su hermanito Noah no llegó a cumplir ni unas horas de vida. Nadie sabe lo que es llegar a tu casa después del hospital y no ver la cuna que llevaba ahí tres meses al lado de la cama. No ves su ropa preparada en su armario, la silla que estaba en el maletero del coche. Fue horrible ver que el cuerpo se prepara para alimentar a tu bebé y él no está contigo». Es el testimonio de María Ludeña, una joven ecuatoriana, casada en Cuevas del Almanzora, y que perdió a su bebé en el parto en el hospital La Inmaculada de Huércal-Overa. Ella misma hace pública su historia, cuatro meses después de que le ocurriera, a través de un vídeo, su página de Facebook, y una recogida de firmas en charge.org, en la que pide: 'No más muertes de bebés por negligencias médicas'.

Jennifer Simón Carrión

Martes, 10 de mayo 2016, 10:30

 

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En tan solo un par de horas consiguió más de 1.000 firmas, a pesar de que la petición va dirigida al Ayuntamiento de Almería, «entendiendo que es la provincia», aunque realmente, el suceso tuvo lugar en el hospital comarcal, que gestiona la delegación de Salud. El vídeo: 'Una carta a mi bebé. Querido Noah...' ha obtenido más de 41.000 reproducciones, y es el mensaje que María ha querido dejar a su hijo fallecido. Los apoyos y mensajes de ánimo se han contado por miles. La joven explica a través de esa recogida de firmas cómo sucedió todo en el hospital en el momento del parto, asegurando además que «ya tenía una cesárea anterior» hacía tres años, porque, según aseguró a IDEAL, con su primer hijo le pasó algo parecido, aunque «corrieron y lo tengo vivo». Cuenta María, literalmente, en su petición de firmas: «El día 4 de septiembre de 2015 ingresé en el hospital con contracciones de parto, no dilataba. El día siguiente en que rompí aguas y estaban sucias, me dijeron que se podía esperar más, a mediodía me pusieron epidural porque yo ya no aguantaba más, todo fue muy lento y no dilataba. Me empezaron a poner oxitocina y me dio fiebre a lo que me dijeron que era normal, vino el ginecólogo me hizo tacto y les dijo a las matronas con estas palabras 'que me metieran caña con la oxitocina porque esto tenia que avanzar más rápido'». Así explica la joven lo que pasó, con otra seria más de frases de lo que vivió en un parto que fue una pesadilla y que duró hasta que la misma paciente pidió una cesárea. «En ese momento eran las once de la noche, y hasta las doce menos cuarto no entré a quirófano. En el momento de tumbarme yo noté a mi bebé ya a un lado de mi barriga y el dolor de repente cesó. Mi bebe murió dentro de mi barriga dado que a causa de el exceso con la oxitocina mi útero no aguanto y se rompió el bebé salió quedándose a un lado de mi barriga y la placenta se desprendió con lo cual mi bebe se quedo sin oxígeno. La explicación del ginecólogo fue que tuve mala suerte», termina explicando Ludeña, quien explica que cuenta su historia con el fin de que «no haya más negligencias médicas» e intentando superar esta desgracia, con psicólogos y con el ánimo y apoyo de tanta gente, de su marido y su hijo, que son su fuerza para seguir adelante, ayudada del pequeño ángel que tiene en el cielo.

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