El Parque del Algarrobo, ¿hipotecado?

La sorpresa llegó primero para quienes intentaron comprar alguna de las dos fincas en Vera que salieron a subasta en la web 'concursalesonline', donde aparecía la oferta, como tantas otras, para la venta de terrenos en el 'Pago de Belate', cuyo propietario habría optado por sacarla a concurso como la única forma, mal que bien, para arañar un puñado de euros y, con ello, ir amortiguando algunas deudas con los acreedores. Pero, aquello, que sucedió en enero, todavía anda dando vueltas, envuelto, nunca mejor dicho, en una extraña maraña documental.

Al situar las fincas, las hallamos como parte del Parque de la rambla del Algarrobo y del aparcamiento que hay en el entorno. En ese lugar, hace ya más de una década se realizó una importante inversión para la adecuación de la zona, y hace poco más de un año se construyó un parque infantil. Es una zona muy frecuentada por los vecinos de Vera.

A pesar de todo ello, esos terrenos están hipotecados, según el Registro de la Propiedad, por parte de Key Mare, y de ahí, sacados a subasta como parte de la liquidación de la empresa. Ahora, es cuando cabe preguntarse. entonces, ese lugar ¿es o no municipal? Según ha podido saber este periódico, el Ayuntamiento de Vera ha tenido que presentar lo que se llama una 'Tercería de dominio' para reclamar que es suyo, paralizar la subasta y evitar que estas fincas, supuestamente públicas, caigan en manos privadas con parque y aparcamiento, y todo, si es que no lo fueron siempre.

Pero, ¿qué ha ocurrido?

La historia comenzaría en el año 2003, cuando el Consistorio veratense, gobernado por el actual alcalde, Félix López, firmó un convenio de cesión gratuita de esos terrenos con el representante de la empresa Key Mare (socio privado de la empresa mixta Codeur, que gestiona el agua de Vera y que se creó para realizar las infraestructuras de la costa veratense) con el fin de poder a su vez, llegar a un convenio entre el Ayuntamiento veratense y la Confederación Hidrográfica del Sur, para colaborar en unas obras en la zona de 5,9 millones de euros. Evidentemente para llevar a cabo esa actuación el Consistorio tuvo que poner a disposición de la Confederación esos terrenos, y tuvo que existir un certificado, como así lo hubo, de la disponibilidad de los mismos, en este caso, indicando su carácter demanial, es decir, «que son terrenos que sirven al uso general (por ejemplo, una calle, una playa o un río) o a un servicio público (por ejemplo, un hospital o una sede administrativa)».

«El hecho fundamental que convierte a un bien en demanial es la afectación, que consiste en destinarlo a alguna de las dos finalidades antes mencionadas», según fuentes jurídicas, quienes apuntaron además que «los bienes demaniales son, por exigencia constitucional, inalienables, imprescriptibles e inembargables». Algo falló entonces o algo falla ahora, ya que, la sorpresa es que, este 'bien demanial', sale a subasta como parte de los activos de una empresa en concurso de acreedores, lo que hace suponer que, o bien, esos terrenos siempre han sido privados, a pesar de haberse hecho inversiones públicas; o bien, la cesión no se ha respetado por parte de la empresa que ha seguido disponiendo, a pesar de todo, de esas fincas. Según fuentes bien informadas, el convenio de cesión no pasaría por plenario y, por tanto, no supuso formalizar escritura ni registrar a nombre del Ayuntamiento las fincas en cuestión. Si eso fuera así, lo que habría sucedido es que se habrían realizado inversiones públicas en terrenos privados, y entonces, surgirían varias dudas con respecto a las causas y consecuencias de estos hechos, entre ellas, el por qué se hizo la cesión pero no se siguió todo el procedimiento para completar el trámite legal, por qué si hubo un certificado municipal de disponibilidad esos terrenos figuran hipotecados a nombre de una empresa privada, o si, en algún momento, las administraciones que hayan invertido en un lugar 'no público' podrán pedir responsabilidades al Consistorio veratense o, incluso, si se podrían exigir algún tipo de explicaciones legales a la mercantil que ha hipotecado unos terrenos que dice el Ayuntamiento que son suyos.

Igual en el futuro, y según como se resuelva este 'entuerto', los niños de Vera no podrán jugar en su parque del Algarrobo ni los vecinos pasear por el entorno de su rambla, al menos, en esas zonas en las que, a pesar de la inversión de 'todos', tendrían un dueño privado.