Palomares cuenta 'su historia' en Río de Janeiro
El documental 'Flecha Rota' se proyecta en 'Uranium Festival'
JENNIFER SIMÓN
Domingo, 5 de junio 2016, 22:17
Como parte de los actos conmemorativos del 50 Aniversario del accidente de Palomares, se exhibió recientemente, en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, el documental almeriense sobre el accidente nuclear de 1966 en Palomares.
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Así lo hizo llegar José Herrar, el director y guionista de la obra, que en 2007, realizó la productora almeriense Pitaco Producciones bajo el título 'Operación Flecha Rota' con material audiovisual desclasificado en los últimos años. En él, se analiza el accidente y sus consecuencias, se entrevista por primera vez al piloto que estaba a los mandos del B-52 siniestrado, se recrea en 3D el accidente en base al informe oficial de la USAF y se culmina el trabajo epidemiológico del Doctor Martínez Pinilla. La producción de la cinta corrió a cargo de Antonio Sánchez Picón.
Pues esa historia, en ese documental, llegó a Río de Janeiro dentro del 'Uranium Film Festival', que el año pasado lo incluyó en la sección competitiva de sus sedes de Toronto, Montreal y Río de Janeiro. Este festival de ámbito internacional, que cumple su sexta edición, está especializado en todo lo relacionado con lo nuclear, desde la minería de uranio, la problemática de las centrales, hasta el armamento atómico. Este año se han podido ver obras documentales y de ficción de España, Japón, India, Alemania, Italia, Australia y Brasil.
«El público asistente se mostró sorprendido al conocer los hechos. Especialmente el que se haya engañado a la población durante casi 50 años, con el consiguiente riesgo derivado y que no hubiera existido un cambio significativo en su situación; que se les continuara afirmando oficialmente que todo había sido limpiado perfectamente, a pesar de las décadas que llevaba la democracia en nuestro país, tras 40 años de dictadura. Al respecto no faltaron comparaciones con la actual y convulsa situación de Brasil y la necesidad de exigir la ciudadanía a sus políticos electos una democracia real y más participativa. Otras inquietudes de los presentes giraron en torno a las consecuencias en la población tras los 50 años de contaminación, así como las perspectivas a medio y largo plazo», explicó José Herrera, quién además dijo allí que, «tras el acuerdo Kerry y Margallo surgió la amenaza de otra descontaminación incompleta, con el anuncio de dejar en las montañas, junto a Villaricos, niveles inaceptables de plutonio. Algo que no eliminará el estigma que han padecido sus habitantes durante medio siglo»
Tras responder a las preguntas, la exhibición del documental sirvió de preámbulo para un debate sobre desarme nuclear moderado por el ex alto comisario de la ONU para estos asuntos, Sergio Duarte. Allí se abordó la necesidad de seguir avanzando en el otro gran frente de lucha por la seguridad de la humanidad: el progresivo desarme hacia la abolición total y la desaparición de los aún nutridos arsenales nucleares.
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Las últimas noticias sobre la descontaminación de Palomares es que es que todo está en 'stand by' a la espera de la configuración de los nuevos gobiernos tanto en España, ahora, como en Estados Unidos a final de año. Algo que supone no poder tener un 'contrato' más firme sobre la declaración de intenciones de limpiar la pedanía cuevana del material radioactivo que lleva allí 50 años.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y su homólogo en España, José Manuel García-Margallo, firmaron en octubre en Madrid una declaración de intenciones por la que se comprometían a alcanzar «tan pronto como sea posible» un acuerdo para rehabilitar la zona de Palomares, que mantiene radiactividad desde hace casi 50 años. La localidad almeriense fue afectada por el accidente del 17 de enero de 1966, cuando un avión cisterna KC-130 y un bombardero B-52 colisionaron en vuelo, provocando la caída de cuatro bombas termonucleares. El plan incluye el traslado de las tierras contaminadas a «un emplazamiento adecuado en los Estados Unidos.
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Sin embargo, esa declaración era tan solo de intenciones, lo que significa que para que haya hechos debe haber un nuevo documento que, visto lo visto, no parece que vaya a estar demasiado pronto listo.
El acuerdo definitivo deberá reflejar las «condiciones técnicas, financieras y jurídicas» de la operación, lo que incluirá, según ha explicado el ministro español, el tratamiento de los residuos, su compactación y su transporte «en el plazo más breve posible».
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Parece que pasará más de un año antes de que ese acuerdo 'rápido' se materialice.
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