'El hombre de hierro' de Pulpí

El triatleta pulpileño se desplazó el pasado fin de semana hasta la ciudad de Vitoria-Gasteiz, en el País Vasco, para disputar el Ironman. La prueba está considerada como una de las más espectaculares y emocionantes de Europa por su organización, entorno, circuito y el ambiente creado por el público en el circuito urbano. Dan fe de ello los más de 2.200 participantes en esta décima edición, procedentes de 25 nacionalidades diferentes, quienes han tenido que compaginar el enorme esfuerzo físico con las temperaturas de más de 30 grados y el fuerte viento, condiciones que han hecho de esta edición una de las más duras hasta la fecha.

El pistoletazo de salida se dio a las 9 de la mañana en el pantano de Landa, donde a Cristian le esperaban 3.800 m de natación. El deportista pulpileño salió del agua en las posiciones de cabeza con un tiempo de 1h 03m y, tras una transición rápida, afrontó los 180 km (sin draftin) de bicicleta que transcurrieron por los bellos parajes y parques de la provincia de Álava, hasta la llegada a la ciudad de Vitoria-Gasteiz con un tiempo de 6 horas. Y aún le quedaba la última prueba: la Maratón, un total de 42 km, a los que se enfrentó con más de 7 horas de esfuerzo y con los músculos agarrotados de la bici. La carrera a pie se desarrolló por un circuito urbano por el corazón de Vitoria, última prueba en la que Cristian sufrió de lo lindo para poder terminarla, con un tiempo total de 12h 01m.

El triatleta ha asegurado que realizar el Ironman era un sueño de toda la vida y que para llevarlo a cabo se ha estado preparando físicamente durante todo un año. Con tan sólo 29 años, Cristian García ha cumplido un sueño y se lleva la gran satisfacción personal de lograr finalizar una durísima prueba, además de una experiencia inolvidable: Quiero aprovechar para agradecer todo el apoyo mostrado por mi familia (mi padre, él sí que es un verdadero Hombre de Hierro reponiéndose ante todas las adversidades, mi madre y mi hermano Dani). También dar las gracias a mis amigos (especialmente a mi amigo Raúl el solallo) y, sobre todo, a Manuela, que sin su ayuda, ánimo y apoyo no hubiera podido terminar la prueba.