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Un ‘sí, quiero’ al son de música cofrade almeriense

Tiko pide matrimonio a su novia, Rosi, entre tambores y cornetas, el pasado Domingo de Ramos | La Glorieta Sotomayor de Cuevas fue el escenario de una original pedida de mano

Jennifer Simón

Jueves, 13 de abril 2017, 10:56

Entre sones de tambores y cornetas, ensayo tras ensayo, y convivencia tras convivencia, nació el amor. Un amor joven, envuelto en notas musicales y en devoción por la Semana Santa. Vicente Tiko tenía 24 años y ella, Rosi, tan solo 16, cuando, además de su pasión por las estaciones de penitencia, comenzó a nacer la pasión por las estaciones que iban pasando ellos mientras se conocían.

Tiko y Rosi se enamoraron al ritmo de música cofrade. Y se comprometieron, como no podía ser de otro modo, al son de una marcha procesional.

Los dos jóvenes, ahora con 29 y 21 años, tocan en la Agrupación Musical de Nuestra Señora del Rosario de Cuevas del Almanzora. Son del pueblo vecino de Águilas (Murcia), pero fue el municipio cuevano y sus amigos y compañeros músicos los que fueron testigos de su romántica pedida de mano.

Y es que el pasado Domingo de Ramos, además de la Borriquita y el inicio así de la Semana de Pasión cuevana, hubo en el pueblo, otro acto, uno inesperado, una muestra de amor y cariño, original y emotiva. La de Tiko a Rosi, y viceversa.

«Nos unió la música cofrade y, que mejor día que un Domingo de Ramos para declararme», así de sencillo y de bonito se expresó Vicentiko, un aguileño con pasión musical y cofrade que decidió que ese día, que además era su cumpleaños, prepararía una hermosa sorpresa a su novia Rosi, con la complicidad de sus compañeros de agrupación y del director de la misma.

Acababan de terminar en la procesión del Domingo de Ramos y estaban ya en la plaza de La Glorieta cuevana, cuando el director de la Agrupación Musical Nuestra Señora del Rosario, Juan Antonio Rodríguez , pidió que los chicos de la banda se quedasen en un lado y las chicas en otro. Todos obedecieron, sin saber las intenciones de Rodríguez que anunció: «alguien de aquí va a dar un disgusto a una chica. Bueno, un disgusto o una alegría, según se lo tome a la que le toque».

«El que tenga que hacerlo que de un paso al frente», dijo acto seguido, «y la pareja del que lo de, que también de un paso al frente», añadió. Tiko lo dio y Rosi, sorprendida, tuvo que hacerlo también. Y se arrodilló él frente a ella. Le pidió su mano, y sacó un anillo de su bolsillo que le puso en el dedo, diciéndole: «Con los compañeros de nuestra Agrupación de testigos, ¿quieres casarte conmigo?». Y ella, aún incrédula, nerviosa y emocionada, dijo sí, quiero. Y entonces hubo un beso y un gran aplauso y ovaciones para los novios, que volvieron a besarse y mirarse, asomando lágrimas de emoción en sus ojos, y entonces escucharon de sus amigos, componentes de Agrupación, la marcha, Un reflejo desde el cielo, de una forma tan especial que seguro no olvidarán jamás.

Fue una original y emotiva petición de mano en Domingo de Ramos. Amor humano y divino en conjunción, pasión y fe por Cristo en forma de música cofrade, y pasión y fe por el amor de quienes se quieren y lo demuestran al mundo.

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