Los nuevos repostajes de la gasolinera

Las restricciones en la hostelería, forzada al cierre en municipios con una tasa superior a los 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes, ha agudizado el ingenio de algunos 'pícaros de bar'. Aprovechando que la Junta de Andalucía incluye en las excepciones de cierre a los servicios de restauración ubicados en los establecimientos de combustible, son muchos quienes aprovechan para repostar el coche y, como quien no quiere la cosa, también repostar el estómago con un café o refrigerio. Sobre el papel, en estos establecimientos solo se permite servir a los profesionales del transporte, comerciales o trabajadores que se ven obligados a comer fuera de casa.Pero... ¿cómo distinguirlos?

El ejemplo es Antas, pero ocurre en muchos pueblos y ciudades. Con los bares cerrados, las estaciones de servicio son un lugar privilegiado en el que se sigue funcionando. Algunos atrevidos han movido la 'oficina' de una barra a otra y han trasladado la oportunidad de tomarse la caña de media mañana acompañada de un plato de aceitunas allá donde el camarero sigue a los mandos del grifo de cerveza.

Es un hecho del que se habla y prácticamente todo el mundo tiene conocimiento, hasta la Policía Local que se ve obligada a vigilar el cumplimiento de las medidas, tanto por parte del establecimiento como del propio ciudadano. «Nosotros tenemos constancia de que hay quienes, sin ser trabajadores del transporte o comerciales, acuden a tomarse un café ahora que los demás bares están cerrados, y por este motivo acudimos a este punto, pero cuando nos ven allí la respuesta es que van a repostar» aseguran fuentes de Policía Local de Antas, quienes realizan controles aleatorios en las dos estaciones de servicio ubicadas dentro del perímetro del municipio. Una de las gasolineras de la localidad, en zona limítrofe con Vera ha sido escenario de más de una multa a vecinos veratenses que se pasaron de la raya (la del límite municipal), dicen desde la Policía Local antusa.

«Nosotros cuando acudimos pedimos que se identifiquen y den cuenta del motivo del desplazamiento que están haciendo. Al encargado del restaurante, comprendiendo que él no puede pedir identificación a los usuarios, le recomendamos que pusiera un cartel anunciando que 'se presta servicio a profesionales'. Para él es muy difícil filtrar quien viene por trabajo», indica un agente. Por su parte, Paco G., dueño de uno de estos restaurantes de carretera, asegura que todos sus clientes son trabajadores que precisan de este servicio. «Abrimos de seis de la mañana a seis de la tarde, porque después de esa hora no hay apenas movimiento, y domingos y sábados apenas vemos a nadie», apunta el hostelero.

El asunto es delicado. La Policía Local antusa ha tenido incluso que consultar con la Junta y piden sentido común ya que estas estaciones de servicio «ahora mismo son una herramienta fundamental para todas las personas que se ganan la vida en la carretera». Por mucho que tiente una cerveza fría.