Tecnología sin zanja para mejorar el saneamiento del casco urbano de Pulpí

El Ayuntamiento de Pulpí continúa con la mejora y acondicionamiento de las redes de saneamiento en el municipio con una nueva fase que ha dado comienzo este martes y que abarca la zona del casco urbano de la localidad y, en concreto, la avenida Andalucía y las calles Los Curas y Mercado.

En concreto, ha explicado el Consistorio en una nota, se va a proceder, por primera vez, a la realización de una nueva técnica de reparación de saneamiento con tecnología sin zanja, lo que supondrá una menor duración de los trabajos y beneficiará, por tanto, «a todos los pulpileños, que apenas notarán el transcurso de las obras, evitando molestias a vecinos y comercios de la zona».

Previamente, explica el Ayuntamiento pulpileño, se ha llevado a cabo una inspección mediante robot con cámara para analizar la situación interior de las redes de saneamiento; y, para los tramos en mal estado, se han ejecutado reparaciones puntuales, mientras que para el resto de tramos se aplicará dicha técnica.

El alcalde de Pulpí, Juan Pedro García, ha destacado que «utilizando este nuevo método, la realización de las actuaciones tendrá una duración mucho menor, y en unos días, las redes de saneamiento del centro de Pulpí quedarán mejoradas suponiendo las mínimas molestias posibles a nuestros vecinos».

Encamisado con manga sin zanja

El método de encamisado con manga reduce las molestias de la ciudadanía al mínimo, evitando así cortes de tráfico, contratiempos a peatones, contaminación acústica y posibles cortes de suministros básicos, además de que se puede realizar en muy pocos días frente a los métodos de zanja tradicionales.

Las ventajas de la manga CIPP son, detalla la nota, el restablecimiento de la capacidad estructural de la conducción original; se mejora la capacidad hidráulica ya que la manga de rehabilitación posee un revestimiento interior de polipropileno y la mejora del caudal es del 38%; mejora de la estanqueidad de la tubería eliminando infiltraciones/exfiltraciones, eliminando el riesgo de sedimentos o deterioros futuros; y reducción al mínimo de las molestias con un tiempo de ejecución mínimo y una ocupación mínima de la calzada manteniendo así el tráfico en todo momento.

El resultado final, valora el Consistorio, es el equivalente a un tubo nuevo con una vida útil superior a 50 años.