Un temporal se traga la playa de Vera, inunda Natsun y convierte la costa en una laguna

Desde el Ayuntamiento de Vera apuntaban a que los servicios de mantenimiento y limpieza acudirían a la zona «en cuanto sea posible» para subsanar los daños en la zona afectada y tratar de restablecer la normalidad acondicionando calles y limpiando acerado y calzadas.

«Desde el Ayuntamiento de Vera volvemos a exigir al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico una solución urgente y definitiva. La construcción de los espigones no puede esperar más. Reclamamos que el proyecto de Costas para la recuperación de las playas entre Garrucha y el delta del río Almanzora sea una realidad. La erosión y la falta de medidas efectivas están dejando nuestra costa desprotegida, afectando gravemente a nuestros vecinos, infraestructuras, sector turístico y economía local», trasladaba Alfonso García, alcalde de la localidad. «Nosotros vamos a seguir luchando por la protección de nuestro litoral y la construcción urgente de los espigones para solucionar esta problemática recurrente».

Fue en noviembre cuando la Dirección General de la Costa y el Mar del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico iniciaba los trabajos de aportación 50.000 metros cúbicos de arena a la zona de la playa Natsum en el municipio de Vera. Los trabajos contaban con un presupuesto de 400.000 euros para la reparación de los daños generados en esta playa derivados de los temporales registrados en los meses anteriores. La actuación conllevó el aporte, también, de 9.000 metros cúbicos más a las playas de Quitapellejos y Palomares, en Cuevas del Almanzora.

La última vez que un temporal se tragaba la playa de Vera –como ha vuelto a ocurrir en estos últimos días– fue en septiembre de 2024. La inundación afectaba, como suele ser habitual, a Natsun, una de las urbanizaciones costeras existentes en la localidad levantina. Es el espacio situado junto a la playa naturista.

Desde el Consistorio llevan años solicitando espigones como solución definitiva a la regresión de los arenales y la llegada del agua marina hasta las calles de la urbanización. El fuerte oleaje, al tragarse los arenales, alcanza la zona de negocios, los hogares y los chiringuitos ubicados junto a la zona naturista ante la mirada impotente de sus residentes.

La primera reclamación firme de los residentes fue en 2017. Desde entonces han recogido firmas y han protestado ante lo que consideran una dejadez de la administración que, devuelve los arenales a su estado previo a los temporales pero que los deja expuestos a una nueva desaparición de la playa con el consiguiente ataque del mar.