Otra huelga que no se siente en el Levante
La huelga en el Levante de Almería pasa sin pena ni gloria. Es más, pasa casi desapercibida en la actividad cotidiana de los pueblos de la comarca. Igual que sucedió con la de 2010, poco o nada ha convencido en la zona el llamamiento a paralizar el país, al menos, en los municipios de la zona.
Jennifer Simón Carrión
Martes, 10 de mayo 2016, 10:14
Los centros educativos han funcionado con casi total normalidad, a pesar de que el día 28 advertían que no se garantizaba una jornada con la rutina habitual, lo cierto es que casi todos los profesores han acudido a sus puestos de trabajo, aunque algunos padres hayan optado por no llevar a sus hijos al colegio, realmente ésa no ha sido la norma.
En cuanto al sector comercial y hostelero, todo tranquila, con apenas seguimiento de la convocatoria. Un día normal parecía al pasar por el paseo marítimo de Garrucha y de Mojácar. Gente jugando al golf en la zona de Macenas, turistas paseando, tomando algo en las terrazas de los establecimientos de la costa. Nada o poco que resaltar, y sin presencia alguna de piquetes. Si alguna tienda abría un poco más tarde o algún mediano empresario evitaba poner en la calle demasiados vehículos o, incluso, ser discreto para seguir trabajando, ha sido más bien por prevenir la rotura de algún bien material y 'echar el día'.
Carboneras, incluso ha celebrado su mercado semanal, aunque el día anterior había algunas dudas, el amanecer de ayer con absoluta tranquilidad ha conseguido que el jueves de mercado fuera de lo más habitual. El Ayuntamiento ha corroborado este aspecto, añadiendo que de la plantilla municipal de casi 105 trabajadores sólo uno ha secundado el paro general.
En los únicos lugares donde se ha dado algún movimiento o seguimiento de la convocatoria ha sido en ciertas grandes empresas del sector industrial, como, por ejemplo, Deretil. Según apuntan los sindicatos en Holcim y Endesa en la localidad carbonera ha habido un masivo paro laboral. En Deretil, asegura el secretario del Comité de Empresa, José Haro se ha logrado parar la fábrica, el seguimiento de la convocatoria ha sido del 95%, se han respetado unos servicios mínimos que pactaron previamente con la empresa. Afirma, asimismo, que no se han producido incidentes de ningún tipo porque eso no interesa a nadie y porque han respetado a quién ha querido trabajar y quién ha querido hacer el paro. La ausencia de incidentes lo confirmaban las fuerzas de Seguridad que llevaban toda la mañana en la rotonda anterior a la fábrica, parando a los vehículos y preguntando, incluso, registrando algunos maleteros, así como aquellos que charlaban con los huelguistas a las puertas de la empresa Deretil en Villaricos. Tanto Haro como los que estaban a las puertas de la fábrica lo tiene claro, "estamos protestando por una reforma laboral que nos hace perder derechos. Tenemos ahora menos derechos que cuando Franco estaba en la flor de la vida. Yo estoy aquí porque tengo tres hijos, uno con 25 años que todavía no ha llegado a cotizar, ¿tú crees que podrá tener los años cotizados necesarios para cuando llegue a mayor?, ¿qué futuro les vamos a dejar si no peleamos por mantener unos derechos?". Su trabajo, reconocen no es de los peores, es más, es bastante bueno en cuanto a condiciones. Trabajan por turnos, pero también apuntan que "lo que tenemos como nocturnidad u otras mejoras las hemos conseguido aquí", dice señalando la puerta de la fábrica y refiriéndose a otras jornadas de paros, huelgas o manifestaciones. Pero también reconocen que en las empresas grandes que tienen una mínima organización pueden realizar estas huelgas de forma más sencilla; en las pequeñas y medianas, es mucho más complicado.
En Deretil, el jefe de Recursos Humanos confirma que se ha parado la planta, pero asegura que el seguimiento de la huelga ha sido del 50%. "Al tratarse de personal de planta no se ha podido trabajar en producción. Esto va a suponer un daño evidentemente a la empresa, pero no podemos valorar en qué medida ni a qué precio". Eso sí, confirma también que todo se ha resuelto sin problemas.
Para gustos los colores, eso sí, cuando se pregunta porque se secunda o no la huelga. Pero, está claro que las razones para no tomársela nada en serio han podido con las que podían aconsejar hacerla. Miedo, dicen los sindicalistas. Falta de confianza en los sindicatos y sus intereses reales para convocar la huelga, dicen algunos miembros del empresariado. Seguro que ambas cosas y algo más. Porque si bien es cierto que muchos están sufriendo la crisis de forma muy acusada y que no ven con buenos ojos los recortes y las subidas de impuestos y las peores condiciones de trabajo, también es cierto que pocos, muy pocos han visto en esta huelga una solución o una vía de protesta que les convenza.
Nos vamos al puerto de Garrucha. Todo normal. Nos acercamos a un grupo de pescadores ya mayores que charlan y les preguntamos si se está o no secundando la huelga. Uno de ellos, completamente indignado, nos espeta un: "¿Para quién es la huelga?". Es evidente su poca confianza en quiénes la han convocado y una nula identificación con otros trabajadores como los funcionarios, o con los sindicatos. "Todo está mal, pero el sector pesquero está peor. No nos dejan trabajar, yo llevo cuatro meses sin poder salir a faenar. Así no se puede vivir y todo porque no nos dejan pescar el pescado que hay. No hay emperador y no me dejan pescar otra clase de pescado, no me dan permiso. ¿De qué se creen que puedo vivir?. Pretenden acabar con los pequeños como nosotros y que solo haya grandes empresas y lo están consiguiendo", argumenta. "Tendríamos que hacer algo nosotros para la pesca porque estamos realmente ahogados", aboga.
El Levante almeriense pasa así la huelga del 29M, casi como pasó la de 2010, escuchando sus efectos en otros lugares, en capitales y grandes ciudades, hablando de crisis y paro, mientras intenta un día más sobrellevar una mala situación económica que parece haber calado ya en el ánimo social llevando a un hartazgo casi total.
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