El lugar en el que se escucha su voz
Aprender a ligar, relajarse y hacer amigos es lo que prefieren. Algo nada sorprendente, porque al final, es lo normal en la vida, y también poder opinar, hablar, ser independientes y defender los derechos propios y colectivos. Otra vez, nada fuera de lo normal. Y ésa es la conclusión. Como personas, con sus sentimientos, con sus preocupaciones, con alguna dificultad más por haber nacido especiales, pero, al final, nada fuera de lo común, tan iguales y tan diferentes como todas y cada una de las personas del mundo y sus circunstancias, ciertamente. Y con la suerte de haber 'caído' en un lugar lleno de cariño, de atención y de dedicación por enseñar y aprender.
Jennifer Simón Carrión
Martes, 10 de mayo 2016, 09:11
Todo esto se desprende a raíz del II Encuentro de Autogestores que se realizó en Vera gracias a los meses de trabajo de Asprodalba y el resto de asociaciones participantes: Aspapros, Asprodesa, A toda Vela y Apafa.
'Defenderemos nuestros derechos' era el lema y a partir de esa consigna y con muchas actividades y talleres, los participantes convivieron dos días en el hotel Marina Rey de la costa veratense, con un programa cargado de valores, ilusión y diversión. El psicólogo y director técnico de Asprodalba, Ignacio Martín, valoró positivamente este encuentro, no sólo como parte de la organización, sino y, sobre todo, porque los alumnos lo apreciaron mucho, "lo que más valoraron fue el poder hacer cosas sin sus padres, contar con el apoyo de su familia, pero sin que se les sobreproteja. En definitiva, el valor de la autonomía e independencia, el sentirse autónomos, el poder convivir entre ellos, el conocerse y apoyarse".
Su mayor reivindicación: el ser escuchados, tener un sitio en el que se oye su voz, que se tenga en cuenta su opinión, se valore y puedan defenderla. "No son personas sin voz, quieren que la sociedad les escuche", algo que, en definitiva, quiere todo el mundo, pero que, quizás, ellos tienen algo más difícil, pero no imposible y, de hecho, el presidente de Asprodalba, Francisco Alonso, lo confirmaba durante la inauguración del encuentro, disculpándose ante los participantes porque, en alguna ocasión, en el pasado, se había pensado que los demás podían decidir por ellos.
Ignacio Martín recuerda cuáles fueron las actividades que más les llamaron la atención a los que se reunieron en el encuentro: "lo que más les llamó la atención fue el poder hacer amistades y los talleres de aprender a ligar y el de relajación. También gustó mucho la actuación de un grupo de bailarines y la magia. No sé si era mejor la actuación o ver las caras de los chavales", asegura satisfecho.
La reflexión también estuvo asegurada, una reflexión colectiva sobre los derechos de estas personas con discapacidad, cuáles son, cuáles no se respetan y de qué manera defenderlos. "Quieren, como todo el mundo, que se les escuche y que se les respeto". Normal. Y desean, según cuenta Martín, "que se pueda repetir pronto otro encuentro de este tipo, para ellos es una aportación muy grande y beneficiosa a sus vidas y al desarrollo de las mismas y para nosotros una satisfacción poder seguir contribuyendo a ello y a su mayor autonomía y felicidad".
La organización del Encuentro también corrió a cargo de los alumnos. Ellos mismos se dedicaron a la recepción de participantes, a la fotografía, a la presentación y apoyo en los talleres. En definitiva a ser parte activa de un evento creado por y para ellos.
Un paso más, sin hacer mucho ruido, pero ciertamente avanzando, hacia una mejora en la calidad de vida de las personas con discapacidad de la mano de sus familias y también de Asprodalba que nació para eso y que, poco a poco, está consiguiendo progresos realmente importantes. Se ha recorrido un largo camino, de más de treinta años, pero todavía queda un buen tramo por caminar. Sin embargo, la mariposa de la Asociación que vuela con un ala rota, asciende cada vez más en su lucha y su afán por llegar más alto.
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