De tiempos, coincidencias y pánico a las cámaras

Hace unos días el ministro Montoro, en su delirante aparición en el Congreso, trataba de infundir ánimo, optimismo e ilusión al país. Tal ha sido el énfasis puesto que en algún twiter se ha pedido que vallen Cibeles por si se desbordaba la euforia colectiva. Como era de prever, no ha sido así, especialmente por parte de los más de 150.000 inmigrantes, mayores de 26 años que nunca han cotizado y parados de larga duración que en las próximas semanas se verán privados de su tarjeta sanitaria como consecuencia de los recortes que no iban a ser recortes y de unas mentiras que se van convirtiendo en bochornosas verdades.

Gloria Pérez de Colosia

Martes, 10 de mayo 2016, 08:51

 

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Sin entrar a valorar, por lo inútil de la intención ya que dudo que me tomaran en consideración allá en la capital, si la solución a la dichosa crisis pasa por un exacerbado ajuste económico o si las medidas fiscales últimamente adoptadas ayudarán a bajar la deuda pública (sin duda la mía no) o reducirán la prima de riesgo, a una, que ya no está ni en edad ni en situación de que la digan lo que debe hacer, le da por pensar y contrariamente a la claridad de ideas que se presupone, queda confundida. Porque digo yo, ¿es posible que a la vez que se niega la asistencia médica a estas personas se permita legalizar su fortuna a unos sinvergüenzas defraudadores a cambio de un 10% del botín?. Dame parte y no me chivo, que diría aquel. ¿Podré yo también pedir ser amnistiada si olvido ingresar el IVA que cobro a mis clientes, o seguiré siendo sancionada al 30%?

Igualmente sorprendida quedo cuando leo que se ha reducido en 10.000 millones de euros el presupuesto en educación y sanidad al mismo tiempo que la Iglesia recibe al año 10.000 millones de euros de las arcas públicas. ¿Cifras coincidentes o coincidencia de cifras?. Porque no me digan ustedes que la casualidad no es extraordinaria. ¿Acaso los ministros comparten informes y han hecho un copia-pega?, o ¿acaso han sacado de aquí para dar allá?. Juzguen ustedes.

La vida política de las últimas semanas ha ido de desvergüenza en desvergüenza y sin sonrojo alguno. Se resintoniza RTVE eligiendo presidente al gusto, se cazan elefantes y pidiendo perdón queda uno como un Rey, al teatro municipal de Huercal Overa, Rafael Alberti, le despojan de su nombre, los jubilados tendrán que tomarse ocho cafés menos al mes para pagar sus medicamentos, DRY se constituye como asociación sin ánimo de lucro, venciendo finalmente su resistencia a entrar en política, se hace una perversa defensa de una compañía petrolífera con una desenfocada afirmación de que la decisión argentina perjudica nuestros intereses, como si Repsol fuera España y el mismo día que se acuerda una abusiva subida de las tasas universitarias, a Mariano Rajoy le nombra doctor honoris causa la Universidad Sergio Arboleda de Colombia. ¿Como se diría sin que quedara feo eso de "con dos ....."?

Y en este escenario de absoluta falta de vergüenza, para colofón de mi pasmo, hete aquí que la alcaldesa de Mojácar declara en un juicio que ella prohíbe grabar los plenos municipales de "su" Ayuntamiento, porque la presencia de una cámara le da "vergüenza" y la "cohíbe", a ella y a sus concejales, para desarrollar su trabajo y expresarse libremente. Me suena a mi haberla visto posando muy suelta en algún que otro acto, aunque no me hagan mucho caso, pudiera ser que la hubiera confundido con una pop star.

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Eso sí, el Madrid creo que ganó el otro día y el Barça se va a Múnich. Yo la próxima vez escribiré sobre el amor que me indigna menos, o más, no sé.

 

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