Enseñar a un padre a hablar con su hijo por internet…. No tiene precio
No hacen ruido ni tampoco suelen salir en los medios de comunicación, al menos en su ámbito más local, y se suele calibrar su actuación con números, con programas o con proyectos, que se subvencionan o no, que cuentan con un determinado número de voluntarios y que afectan a un determinado número de personas que están en mala situación. Eso así, en general, casi no se aprecia. Casi no se da importancia y casi ni se nombran porque no da grandes titulares en la prensa, ni tampoco parece interesar demasiado excepto al que es directamente ayudado.
Jennifer Simón Carrión
Martes, 10 de mayo 2016, 09:24
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El voluntariado es la implicación activa de la ciudadanía en la resolución de los problemas sociales, basándose en la igualdad, la justicia social y la solidaridad como principios de transformación social. Explican los voluntarios, las personas que dedican su tiempo a ayudar a otros que están en peor situación que ellos, que esta labor es muy satisfactoria, que no les cuesta trabajo hacerlo sin ánimo de lucro porque les enriquece más que el dinero... ¿Cuánta gente los entiende? Muchos más de los que se piensa, muchos más de los que hacen ruido, y ¿qué consiguen? Mucho más que aquellos que dicen arreglarán el mundo desde unas posiciones sociales y económicas, que poco o nada tienen que ver con la realidad de esos a los que dicen les van a 'arreglar' la vida.
No tiene precio
Y la historia es tan sencilla como explica Charo Matillas, responsable de la Cruz Roja en la Asamblea Local de Vera, «me dijeron que fuera como voluntaria a enseñar a un hombre de 84 años a usar internet, que el hombre quería aprender. Me dije que quizás estaría pensando en buscar 'novia' o algo así. Cuando llegué y le expliqué cómo iba el correo electrónico y el Messenger, me comentó que lo necesitaba para poder comunicarse con su hijo que trabajaba en Sudamérica y que por el cambio horario y las tarifas de teléfono no podía hablar con él. Esa semana mandamos un mail, a la semana siguiente cuando nos llegó la contestación, él lloró, pero yo, creo, que mucho más». Así de fácil y sencillo y a la vez así de profundo y real.
Y ese granito de arena, con otro más y otro más, consiguen que aquellas personas con más dificultad, que no han tenido la suerte, o lo que sea que hay que tener en la vida para vivir mejor que el vecino ahora, puedan también sonreír de la mano de otra persona que lo hace con gusto, por el 'ayudado' y por sí mismo.
Y hay muchas formas de hacerlo. También difundiendo lo que ocurre en otros lugares, explicando, por ejemplo, que en un lugar del que se ha olvidado hasta el nombre hay un conflicto armado desde el año 1948, que no se conoce porque «no hay nadie que tenga interés económico en intervenir allí para poner paz. Nosotros lo decimos, lo explicamos para que no se olvide, porque es lo que podemos hacer desde la entidad local».
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Otras formas de hacer un mundo mejor es haciendo con los jóvenes, impulsándoles a ser mejores personas, 'poniéndoles en el lugar' de aquel que tiene por ejemplo una discapacidad física para no hacerle la vida todavía más complicada, y si puede ser, facilitársela, comprendiendo su dificultad. Se puede 'salvar' incluso una vida de la depresión proporcionándole un lugar y una actividad que la reconforte y que, a la vez, sirva para mejorar sus vidas, las de ambas, como explicaba Loli López, de la Asociación Almoronía de Almería, quienes visitaron Vera y organizaron junto al Centro Municipal de Información a la Mujer del Ayuntamiento y el Centro de Servicios Sociales de la localidad, el Encuentro de Asociaciones que fomentan el voluntariado, en la que participaron, además de Cruz Roja, La Libélula, La asociación contra el Cáncer, la asociación Hudea, Cáritas, la asociación La Cantuta, y la oficina de atención al inmigrante de Vera.
Decía un proverbio chino que para entender al prójimo 'debes andar siete lunas con sus zapatillas'. Y eso es lo que hacen estos colectivos... buscan los zapatos de esas personas que lo necesitan, se los calzan y se ponen frente a ellos, les escuchan, lo primero, les acompañan, y después, les proponen qué hacer.
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Al revés
Otras acciones simbólicas, sí, pero ciertamente de reflexión, con el convencimiento de que se puede dar la vuelta al mundo y hacerlo mejor entre todos, Cruz Roja en Vera ponía el viernes un photocall en la Plaza Mayor con el fin de hacer llegar la campaña SOMOS a toda la ciudadanía de la zona. La propuesta consistía en ponerse una prenda al revés y hacerse una foto.
Personas con la camiseta, camisa o gorra al revés, incluso las gafas. Y las voluntarias que estuvieron en el photocall se dieron hasta la vuelta a sí mismas, haciendo posible una divertida imagen para llamar la atención sobre ese dar la vuelta al mundo. La intención «demostrar que entre todos podemos darle la vuelta a las cosas y vivir en un mundo mejor».
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