El año de la banderita
Seguramente al igual que yo, usted estimado lector, se ha dado cuenta como a lo largo de este último año, han proliferado las banderas en las rotondas de nuestra comarca. Estas banderas, como usted ya sabe y si no se lo digo yo, quieren decirles a todo el que la pueda ver que esta rotonda y por extensión dicho pueblo es un pueblo gobernado por el Partido Popular. Desde hace mucho el partido hoy en el gobierno ha intentado confundir ambas banderas, la azul con una gaviota volando hacia la derecha con la roja y gualda que representa a todos los españoles, una sutil estrategia de confusión que se realiza consciente de nadie levantará la voz para criticar la utilización del símbolo patrio.
Eduardo Sánchez
Martes, 10 de mayo 2016, 08:58
La de Huércal-Overa es desproporcionada, con ella se podría construir un parapente. Los de Huércal parecen ir de sobraos por lo menos de tela. Y más ahora que le han consumado la desaparición del nombre del poeta rojo a su teatro. El mástil de Garrucha estuvo coronado hasta hace poco por una bandera municipal, pero seguramente la visita de un importante compañero de partido hizo recapacitar al alcalde para que ésta fuera sustituida por la enseña nacional que dejara claro que, Garrucha no es un municipio progresista.
Los dos únicos municipios que no enarbolan bandera son los de Los Gallardos y Mojácar, en el caso del primero porque su alcaldesa no es conservadora o también, quizás ambas, por su condición de mujeres estimen que hay cosas más importantes que hacer en los tiempos que corren que ir colgando trapitos en todas las rotondas, muy al contrario de lo que parecen pensar sus compañeros alcaldes- macho.
En mi pueblo Turre, el alcalde y las cuatro personas que lo acompañaban asistieron en posición de firmes, con gesto militar al izado de la bandera, ya sea porque no sabían otra forma de subirla o porque durante su infancia sufrieron una intoxicación de películas de esas que comenzaban con el NODO, o por darle brillantez a su única labor de gobierno, que no deja de ser bonito eso de izar banderas, aunque los turreros estemos más jodidos que ayer, y mucho me temo que menos que mañana.
Y no es que me molesten las banderas, soy español. porque nací aquí,cosa que no considero tenga gran mérito, si hubiera nacido en Mogadisciscio seguramente me sentiría orgulloso de ser somalí, no es importante donde se nace, sino la forma en que respetas a tu comunidad y si soy sincero me identifico igual con la rojigualda que con la que lleva la franja morada, los colores para mí son lo de menos lo importante es lo que representan y tanto una como otra representan a la ciudadanía española, de la que me siento partícipe.
Por eso no deja de ser contradictorio que quienes hacen alarde de tanta banderita, de tanto símbolo patrio estén dando la espalda a lo más importante; sus nacionales, que en el fondo debemos ser el principal objetivo. Mientras se cuelgan banderas se recorta en educación, en sanidad, cada día cientos de familias se las pone en la calle desahuciadas, nos suben los impuestos y se nos aprieta cada vez ese nudo que últimamente todos parecemos llevar atado al cuello, que da la impresión que aquí los únicos españoles son los banqueros, pues solo a ellos si se les ayuda y lo que es peor con el dinero que se detrae de lo público, de lo que es de todos.
En su condición de conservadores, a nuestros gobernantes no me atrevo a decirles que miren para adelante, pero si por lo menos que miren a lo lados, a su vecino, a la frutera de la esquina a su sirvienta que aunque sea ecuatoriana, padece igual que nosotros.
Y si estás pensando; Soy conservador, pero no tengo criada, lo mismo es que te has equivocado de partido, sino fíjate en los líderes de tu partido en Madrid y fíjate si hay alguno que no tenga criada, criada y a los niños estudiando en colegios de monjas y de mayores en algún colegio extranjero. Los que gobiernan no te representan, que algunas veces pasa, entre la izquierda también pasa, pero a estos últimos se lo echamos en cara y le decimos aburguesados, traidores y decenas de cosas más, pero ustedes están callando y asintiendo mientras dinamitan nuestro maltrecho estado de bienestar delante de nuestros ojos. Y mientras todo esto pasa a poner banderitas, lo mismo aceptar la realidad se convierte en algo más duro.
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