DE LA DACIÓN EN PAGO Y EL BANCO MALO
Siendo positiva y teniendo una gran dosis de esperanza y fe en que a nuestros gobernantes alguna vez les volverá el sentido común, confío en que en unos pocos meses la dación en pago será un hecho. Es decir, que cuando una familia no pueda seguir pagando la hipoteca de su vivienda y el banco la ejecute y se quede con dicha vivienda, se considere que la deuda está saldada. Hoy en día no es así, y después de que el banco se adjudica la vivienda y echa a la familia, aún tiene la desfachatez, con amparo en la ley pero desfachatez al fin y al cabo, de seguir reclamando el excedente de la hipoteca, agravado por el hecho de que el valor de la vivienda que en su día se hipotecó por 200 ahora es 100. El resultado es un endeudamiento de por vida y una situación muy difícil de superar, pues el banco seguirá embargando salarios, pensiones, coches, cuentas...cualquier cosa que encuentre a nombre de aquel ingenuo que un día pidió una hipoteca.
Gloria Pérez de Colosia
Martes, 10 de mayo 2016, 08:49
Sin embargo, después de leer la última reforma financiera que introduce el concepto de banco malo, vuelvo a mi sitio en la tierra y me echo a llorar, porque resulta que ahora se va a obligar a los bancos a deshacerse de los inmuebles que han embargado a miles de familias, y encima lo llaman activos tóxicos, que bendita gracia le hará a sus antiguos propietarios que tantos años pasaron en los susodichos activos. Para ello es para lo que se crea el banco malo, que se encargará de adquirir los inmuebles para así quitarle el marrón de encima a los otros bancos, que podrán de esta forma sanear sus cuentas. Los inmuebles habrán de venderse (quién sabe a quién) en un plazo de 15 años.
Como tantas otras cosas, vuelve a sonarme a estafa a la ciudadanía, porque vamos a ver, ¿a qué precio se comprarán todas esas parcelas, promociones sin terminar, viviendas embargadas, solares, etc.? A un precio "razonable" dice De Guindos. Bien, y ¿a qué precio se van a vender después? -obviando el a quién, que no veo yo precisamente a la gente en este momento haciendo cola para comprar casas-. Si después de ajustes a su verdadero valor de mercado y de compensar la depreciación real del inmueble, la diferencia entre el precio de adquisión y el precio de venta es considerable, que lo será según dicen los expertos, con toda seguridad los inmuebles se comprarán a precios inflados. Si esto es así, la reforma del PP sería una clara apuesta por una nueva burbuja inmobiliaria, lo que demuestra que no hemos aprendido nada, y que quien vuelve a perder es la gente de a pie. Dentro de 15 años, el banco malo no tendrá pérdidas, pero volveremos a sufrir las consecuencias del modelo especulativo que nos deja unos 240 desahucios diarios en todo el estado.
Como la posibilidad de que esto ocurra es remota porque como digo, en la situación actual de paro y endeudamiento familiar no hay quien compre una casa, el gobierno intentará atraer a inversores extranjeros, de ahí que se introduzca en esta reforma una exención fiscal para las empresas que adquieran inmuebles. Pero ¿qué pasará si en estos 15 años tampoco los Chinos o los Rusos compran?, que el banco malo liquidará con pérdidas, y adivine quién pagará de nuevo el pato: pues usted, y yo y él. Porque habrá que salvar de la quiebra al banco malo y se producirá sin remedio otra oleada de recortes, en el caso de que aquí a 15 años, tengamos todavía algo que recortar.
Imposible saber qué ocurrirá hasta dentro de los 15 años que le han dado de vida al banco malo para autoliquidarse, pero sea como sea, la realidad actual es que se van a comprar activos bancarios a precios sobrevalorados, lo que viene a ser una especie de dación en pago a la banca que impedirá canalizar los recursos hacia otros sectores necesitados y supondrá un coste inmediato y directo a la ciudadanía, que tanto si el banco malo liquida sin pérdidas o con pérdidas sufrirá las consecuencias. Burbuja o recortes. Lo que yo decía, una nueva estafa.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.