De los Años Nuevos sin Fin del Mundo

Feliz Navidad a todo el mundo. Cuánto me alegro de poder felicitarla. Había escuchado tantas versiones del fin del mundo, que al final no las tenía todas conmigo. Pero ninguna de las profecías se ha cumplido y yo me alegro mucho, porque, todo sea dicho, me apetecía seguir viviendo.

Gloria Pérez de Colosia

Martes, 10 de mayo 2016, 08:49

 

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Ya sé que los tiempos que corren no son los mejores, y que antes del 22 de Diciembre muchos pensaron que para esto casi mejor que llegara de verdad el fin del mundo de una vez por todas. Sin embargo, estos son los tiempos que tenemos y algo habrá que hacer con ellos. He leído en algún sitio, probablemente en este facebook nuestro que está en nuestros días, que la vida es lo que te está pasando mientras tú estas haciendo planes para el futuro. Creo con bastante contundencia que esto es efectivamente así, y se me ocurre que de tanto pensar y pensar en ese tiempo futuro en el que se acabe la crisis, se nos está olvidando aprovechar los tiempos que ahora tenemos, los que en estos mismos momentos están ocurriendo. Y no digo disfrutar, porque me parecería inmoral, dada la precariedad en la que ya muchos viven, digo simplemente aprovechar. Y lo digo, porque observo a mi alredor con cuánta facilidad la gente se engancha al "a ver si pasa la crisis" "cuando se pase la crisis", casi como excusa para no progresar. Y así, respaldados por este futurismo, abandonan el presente y justifican su apatía, su desgana y su inactividad. Y mucho cuidado porque esto mismo es extensible a las crisis personales, consecuencia o no de la anterior.

Pienso que a pesar de todas las barreras y dificultades hay muchas cosas que se pueden hacer, y quienes tenemos la suerte -bien sea por formación, por liderazgo, por empatía o simplemente por ganas-, de mantener cierta posición útil en esta frustrada sociedad, tenemos la obligación de realizar lo que otros ya no pueden. Obligación que se transforma en oportunidad al mismo tiempo, pues son los actos y no las opiniones los que ahora cuentan, y es precisamente en estas situaciones cuando se produce la gran oportunidad de dejar de opinar para pasar a actuar. Conozco a personas que lo hacen ya, y quiero que halla más. Pequeños y grandes gestos de ayuda a los demás, bien sea con algo material, con apoyo o compañía, activamente combatiendo las injusticias e indecencias que lamentablemente en muchas ocasiones llegan a la ilegalidad, o realizando parte de su trabajo habitual sin esperar ser retribuidos. Lo que de ninguna manera me resisto a aceptar es la abstinencia de la lucha, la derrota ante la situación. Elijan la causa que más les apetezca, que hay donde elegir, pero no se queden sin hacer nada. Elijan la suya propia si quieren que bastante digna será, pero no se queden inertes con las manos en los bolsillos esperando que las cosas cambien, porque no cambiaran por si solas. Dejen ya de opinar y charlotear. Pasen a la acción. Salgan de su zona cómoda, aún lastimada pero cómoda por ser la que conocen, y contribuyan a la sociedad a la que pertenecen.

Aprovechemos que no se ha acabado el mundo. Sigamos en el camino. Dejemos de mirar hacia el futuro esperando ver el prometido fin de la crisis y, en cambio, miremos al ahora y contribuyamos a vivirlo de la manera más plena posible, sea cual sea. Yo personalmente tengo la intención de seguir siendo imperfecta, pero siempre parte de este todo que es el mundo en el que vivo y que por suerte no ha acabado. Seguiré ayudando en lo que pueda, reprochando activamente las ilegalidades que considere, aunque sean las del pueblo de al lado, seguiré colaborando gratuitamente con mi trabajo en los asuntos que lo requieran, pero también seguiré teniendo problemas al madrugar, comiendo carne y teniendo reacciones histriónicas cuando me dé la gana. Seguiré cometiendo excesos y seguiré sin decir el te quiero que más deseo. Y todo porque el mundo no ha acabado y tenemos la gran suerte de seguir estando vivos, por lo tanto no desaprovechemos la vida. Vivamos.

 

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