Otra vida es posible

Se cumple un año con este ejemplar que tienen en sus manos desde que vimos la luz. En este año he ido escribiendo sin ningún tipo de censura sobre las cosas que se me han ido ocurriendo, aportando la visión que de ellas tenía. Me gustaría agradecer a Jennifer Carrión Simón y a Ideal la confianza que hasta ahora han depositado en mí. Y desear también que la publicación que ahora mismo están leyendo tenga mucho años venideros llenos de éxitos y triunfos.

Juan García Conesa

Martes, 10 de mayo 2016, 10:14

Uno nunca sabe muy bien lo que va a salir cuando comienza a escribir de algo. Sé que hombres ( y mujeres) mucho más doctos/as e instruidos/as que yo, llaman a esto el horror vacui o miedo al vacío, es decir, esa sensación de vértigo que se experimenta cuando tienes que escribir sobre algo y las palabras no aparecen. No aparecen pero están ahí. Esperando. En la cabeza, en el corazón y en las manos de este, el que les escribe.

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No han faltado temas sobre los que escribir, y siguen sin faltar, y me temo que no van a faltar en mucho tiempo. La actualidad viene desbordada. Me consta que están cansados de malas noticias. Les juro que yo también. Pero mires por donde mires, o hacia donde mires, la cosa se está poniendo fatal, de marrón a negra, absolutamente oscura.

La corrupción salpica de manera violenta nuestras ya agitadas vidas, y no me vengan ustedes con que siempre ha pasado, o esto no es nuevo. Miren ustedes, lo que está ocurriendo ahora mismo, el nivel de corrupción perceptible, consciente, veraz y real, con independencia del horizonte ideológico de donde proceda, es una cuestión que nos envilece como sociedad y nos degrada como país. Aquí están pasando cosas de Democracia Occidental de Regional Preferente, o de República Bananera de Primera. Da asco, es vergonzoso. Y paso de la indignación al mal genio en poquísimos segundos. Qué manera tan atroz de tomarnos el pelo, de engañarnos, de timarnos y de robarnos las ilusiones y las esperanzas. ¿Es este el país que queríamos construir tras la muerte del dictador y sus casi cuarenta años de mandato? Porque, si eludes algunos símbolos elocuentes que han cambiado, el Estado se muestra de manera muy similar a lo que era antes. O peor. Porque antes eran fascistas antidemócratas, pero ahora nos estafan nuestros políticos democráticamente elegidos. Sutil pero trágica diferencia.

La corrupción se cuela por todos los partidos políticos, por todas las familias e instituciones, incluida la Casa Real. Nunca entendí el blindaje institucional y periodístico que tenía concedido de per se Su Majestad, pero el hecho de que este permita que se arroje un poco de sombra sobre su gestión y honradez y está sombra no sea refutada y combatida con airosa energía y pruebas documentales y testificales ( que por el contrario, si acusan ), me da como mínimo que pensar. ¿A ustedes no?.

De igual manera, les imploro que compartan conmigo: El sentido común. No perdamos el sentido común. Por favor, ¿Alguno/a de ustedes no sabe el dinero que tiene en su cuenta, su origen y destino?, ¿Y el de sus coche y las propiedades que con tanto esfuerzo se han ido ganando?, ¿Y las de sus cónyuges, parejas, novios/as, etc...?. Bueno, pues nos quieren hacer creer, que nadie sabe nada de nada. Pero de nada, nada. Y es que en estos casos, cuando uno (a) ocupa ciertos puestos de responsabilidad, se es culpable por acción o por omisión, y carga con las consecuencias. Con todas ellas, hasta con las penales.

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Menos mal que a ustedes y a mí, y a otros/as muchos/as, nos queda vergüenza. Nos falta espabilar, pero vergüenza, nos sobra.

 

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