«Es mi capricho, trabajar el esparto y leer muchos libros»
José Antonio Fortes tiene 82 años. Empezó a trabajar con tan solo siete años, como pastor, y así ha seguido hasta que cumplió 62 y se retiró. La mitad de su vida la pasó en la Sierra de Almagro, la otra mitad en Francia. Con ovejas en un lado, con cabras en otro. Se acuerda del día en que nació su mujer, Angela Terrones, menor que él, y que le ha acompañado toda la vida. Sus cuatro hijos han estudiado y hoy día tienen un trabajo, como se dice, 'de lo suyo'. Su vida no ha sido fácil, pero se siente muy satisfecho de todo lo que ha hecho y asegura que volvería a hacerlo todo igual que lo hizo en su momento. Ahora su capricho es trabajar el esparto, es de los últimos esparteros que quedan. Lo hace porque le gusta y ha perdido la cuenta de cuántos objetos ha hecho ya. Vive en su Cuevas natal.
Jennifer Simón Carrión
Martes, 10 de mayo 2016, 09:24
-¿De quién aprendió a trabajar el esparto?. - De mi padre y de mi abuelo y de lo que yo he ido experimentando con el tiempo. - Pero es un arte que se está perdiendo... - Pues sí, es una pena, pero sí. De mis hermanos solo yo hago esto. Mis hijas quieren aprender, eso es bueno. A mi vejez me entretengo haciendo pleita y objetos de esparto y leyendo libros. - Usted recoge el esparto de la sierra también. - Sí. Por la mañana temprano cojo a mi perro y nos vamos a la sierra y allí recojo el esparto, luego lo traigo y lo seco, a la sombra, porque si se seca al sol pierde el color. - Antes todo el mundo era espartero. - Antes no había para comprar nada, todo había que fabricárselo uno mismo. Las esparteñas, los capazos, hasta las cuerdas de los barcos. - ¿Cómo fue su vida como pastor?. - Mi vida como pastor fue buena. Cuando me fui a la mili era analfabeto. Me apunté allí a la escuela y cuando salí continué estudiando y me hicieron cabo primero, yo no había estado nunca en una escuela antes. Al final en seis meses conseguí dejar de ser analfabeto, eso sí, me pasé noches y noches estudiando. Después mientras iba con el ganado, cuando tenía un descanso siempre llevaba un libro para leer. - ¿Y la vida de hoy cómo la ve?. - La vida de hoy está muy mal. Los jóvenes tendrán muy mala situación si no se mueven. Nosotros como estábamos 'enmayaos' (pasábamos hambre) pues pensábamos en mejorar las cosas. El futuro de cada uno debe construírselo cada uno, no puede esperar que venga nadie a hacer nada por uno. A nosotros nos costó mejorar nuestra situación luchando, manifestándonos, 'pillando' palos, incluso. Este país necesita que la gente pueda trabajar, en una casa en la que no se trabaja no se progresa.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.