LA GRAN ARENGA DEL GENERAL Mc ACTHUR
Cuando Norteamérica se repuso aceleradamente del ataque japonés, sin previo aviso, en la II Guerra Mundial, preparó su flota como pudo y, al mando de la misma, puso al general Douglas Mac Arthur(1880-1964), nacido en Litle Rock (ARKANSAS). El General había combatido como Comandante de la 42 División en Francia, en la 1ra. Guerra , pasando, tras la paz, a la Dirección de la Academia de West Point. Nombrado Jefe del Distrito de Filipinas, defendió palmo a palmo cada una de los cientos de islas y, ante la presión japonesa, encarnizada y violentísima durante 1941-42 y, perdido el archipiélago, regresó a su país, no sin antes hacer una declaración, ya famosa en el mundo militar: ¡Volveré!.
Ezequiel Navarrete Parra
Martes, 10 de mayo 2016, 09:46
Y así fue. Volvió. En Julio de 1945. Con tal furia, que consiguió la rendición incondicional del Japón en Agosto de aquel mismo año, siendo nombrado Comandante Jefe de la Ocupación. Hasta que las diferencias de criterios con el presidente Truman le relevaron del cargo.
Pero en el fragor de la batalla de Okinawa, antes de su iniciación, el General Mac Carthur trasmitió a sus tropas una de las arengas más bellas de la historia militar de todos los tiempos. Por noble, filosófica, pedagógica y humana la trascribo a continuación:
"LA JUVENTUD NO ES UN PERÍODO DE LA VIDA; ES UN ESTADO DE ÁNIMO. ES UNA VICTORIA DEL VALOR SOBRA LA TIMIDEZ, DEL RIESGO DE LA AVENTURA SOBRE LA COMODIDAD.
NO SE HACE UNO VIEJO POR HABER CUMPLIDO MUCHOS AÑOS; SE HACE UNO VIEJO POR HABER DEFRAUDADO SU IDEAL.
LOS AÑOS ARRUGAN LA PIEL; DESERTAR DEL PROPIO IDEAL ARRUGA EL ALMA.
ERES TAN JOVEN COMO TU FE, TAN VIEJO COMO TU DUDA; TAN JOVEN COMO TU ESPERANZA, TAN VIEJO COMO TU ABATIMIENTO.
TE CONSERVARÁS JOVEN MIENTRAS TE MANTENGAS SENSIBLE A TODO CUANTO ES BELLO, GRANDE Y BUENO.
SI ALGÚN DIA TU CORAZÓN FUERA A SER MORDIDO PO EL PESIMISMO Y ROÍDO POR EL CINISMO, ¡QUE DIOS TENGA MISERICORDIA DE TU ALMA DE VIEJO!.!" Mc Arthur
Puedo testimoniar y así lo hago, que, en pergamino y marco dorado, en mi casa y de fácil visión, tengo un ejemplar de tan nobles ideas que un día, muy lejano ya, me obsequió mi gran amigo Renato Lavergne Richi. Espero que muchos lectores, jóvenes y viejos, tomen buena nota.
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