Una solución del gran problema
Vistos y oídos los innumerables sucesos de mangancia que casi amenaza la totalidad de instituciones españolas y, vista también, la enormidad de miles de millones, que arruinan, cada día que amanece, las arcas del Estado, el ciudadano de a pie se hace mil cábalas reflexionando por qué, si la gran condición para hacer la oposición a cualquier cuerpo de la Administración es la HONRADEZ. ¿Es que no han hecho las oposiciones? ¿Se les ha exigido a los aspirantes?.
Ezequiel Navarrete Garres
Martes, 10 de mayo 2016, 10:31
Nosotros y nuestros paisanos, en un alto porcentaje, somos imitadores y, por la gran cantidad de información que llega a todas horas a nuestro alcance: TV, prensa, cine, ocio, internet y radio, además del turismo, puede ser que estemos influenciados por tanta moda internacional, donde sobresale el dinero. Sin límite de cantidad. O es lo que decía Unamuno: ¡qué país, qué paisaje y qué paisanaje! No creo que existan estadísticas sobre el total de la sustracción, pero pienso que es tan brutal que, mi amigo el 'Mareas' y yo, hemos calculado que, recobrando solamente la mitad, estaríamos acabando con nuestra triste situación de endeudamiento hasta les cejas, con déficits absolutos en todas las cuentas de la nación. Y así, dándole vueltas y más vueltas al asunto de las escandaleras diarias, no admitiendo en absoluto la gracia de aquel ministro que afirmó públicamente que el "dinero del Estado no es de nadie", hemos llegado a la conclusión que explico a continuación, como fórmula de acabar con la chulada tan repetida de no devolver ni un euro. Y, además, tenerlos a pan y lentejas en prisión. El señor X, presidente, secretario, mandamás de un Organismo Oficial, mete la mano donde no debía, sin honor ni moralidad, y se descubren los hechos con los procedimientos legales aplicados, pero con más rapidez. Y se le condena a 20 años de prisión, prisión que comienza a penar a su tiempo y día. Pero debiera existir una Ley, de última hora, aprobada por las Cortes , modificación del Código Penal o como pueda corresponder, que establece la posibilidad de que la pena de la sentencia pueda reducirse un año por cada devolución de 1 millón de Euros de los sustraídos. Así hasta la devolución. Por lo demás, el pueblo se encargará de ponerle, ya en libertad, en su sitio el resto de su tiempo. Terminado el periodo de filosofar, "Mareas" se fue camino de la mar. No sin advertirme que teníamos pendientes otros asuntos. A ver qué les parece a mis lectores, pues la próxima cita es en altamar y en su lancha.
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