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Subida de Jesús

Al alba, madre, me llamas Que es Viernes Santo en el pueblo Y está Jesús esperando Vestido de Nazareno. Al alba, madre, me tienes Preparado el traje nuevo, Con los zapatos brillantes Y la corbata de estreno.

Ezequiel Navarrete Garres

Martes, 10 de mayo 2016, 10:27

 

Al alba madre, acompaño A Jesús Nazareno Desde la glorieta suya, Hasta el mismo Ayuntamiento. Ya verás cómo se forman Dos hileras de hombres buenos Que acompañan silenciosos Al mejor de tierra y cielo.

Cuando el sol está rayando Por las colinas, y el viento Quédese dormido Esperando el gran comienzo, La Marcha Real anuncia Que Jesús está saliendo De su ermita pequeñica Para bendecir su pueblo. Luego, la calle mayor, Larga y larga de gran trecho, Brilla de luz azulada Del color del firmamento. Ante miles de mujeres Que contemplan en silencio El caminar cadencioso De Jesús Nazareno, Mecido en su trono de oro Por ochenta costaleros, La procesión llega al fin Hasta la plaza del Templo.

Entonces, la judería, Imitando viejos tiempos, Recita la cruel sentencia Del Pilatos traicionero, Condenando a muerte infame En la cruz al Padre Nuestro, El mejor de los mortales, El mejor del mundo entero. Aunque le pide disculpas El esforzado guerrero Por su criminal conducta, El drama está completo.

Aplaude el pueblo cristiano Este arrepentido gesto, Pidiendo perdones luego Por el inhumano hecho.

Y, terminado en la Plaza Tan antiguo manifiesto, La gente de Vera abraza A los que vienen de lejos: Padres, hijos y parientes Que no olvidan sus ancestros, Acudiendo el Viernes Santo A celebrar el encuentro.

Por eso, madre mía, no olvides Llamarme al alba con tiempo, Que tengo una cita grande Con las gentes de mi pueblo.

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