Picaresca, timos y verdaderos imitadores
No sé hasta dónde llega la difusión nacional de nuestra literatura del siglo XVI, concretamente, el género de la Picaresca, creación netamente española y, después, imitada por Europa.
Ezequiel Navarrete Garres
Martes, 10 de mayo 2016, 10:15
Desde la aparición del anónimo "La vida del Lazarillo de Tormes", pasando por cientos de nuevas publicaciones, este género literario se cultivó en España durante los Siglos de Oro, que fueron dos, con enorme influencia general, ya que trataban un tema realista y reivindicativo, que se explayaba en la vida difícil de aquellos tiempos de población escasa, muy empobrecida e ignorante. El pícaro o los pícaros novelados solían ser sujetos de mínimo nivel social. Pero ingeniosos sobremanera, listos y valientes, dispuestos a realizar proezas nunca imaginadas. El hambre era el origen de su primera actividad, mezclada con el erotismo ambiental y el abandono social.
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Para orientación de quien lea esta colaboración, resalto algunos títulos difundidos y conocido: Mateo Alemán Guzmán de Alfarache Francisco de Quevedo La vida del Buscón Pedro de Urdemalas El sutil cordobés Pedro de Urdemalas Vicente Espinel Vida del escudero Marcos Obregón
Castillo Solórzano Aventuras del Bachiller Trapaza Miguel de Cervantes Rinconete y Cortadillo Vélez de Guevara El Diablo Cojuelo Francisco Delicado La Lozana Andaluza
Han pasado cinco siglos desde aquellas fechas y moda literaria, hemos mejorado y cambiado casi todo, pero no cabe duda, en nuestros modos y maneras populares subsisten expresiones y hechos que hemos heredado, que se parecen a los de aquellos personajes .y autores.
Para muestra un botón. Los populares timos que tanto se repiten en nuestras ciudades: el tocomocho, la estampita, el trilero, el nazareno y otros son engaños simples que cualquier persona medio avisada descubre, pero que gente egoísta no ve. Estoy casi convencido de que.lo practicaría el gran pícaro Lucas Trapaza.
Siento decirlo, pero he de confesar que, cuando contemplo ciertas escenas políticas, acuden a mi memoria momentos de personajes que fueron muy famosos en nuestros Siglos de Oro.
Para terminar, hago a mis lectores una interrogación fuera de concurso, pero que servirá, personalmente, para medir su nivel de observación:
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¿Qué político, por su gesticulación, parece que prepara un timo?
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