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España exige a Estados Unidos que se lleve la tierra radiactiva de Palomares

España exige a Estados Unidos que se lleve la tierra radiactiva de Palomares

El Gobierno saca del cajón el compromiso político alcanzado entre Madrid y Washington en 2015 por el que EE UU se llevaría las tierras contaminadas de Cuevas del Almanzora a un cementerio nuclear en el desierto de Nevada

Marcos Tárraga

Cuevas del Almanzora

Lunes, 6 de marzo 2023, 13:00

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Podría haberse convertido en un accidente nuclear de unas consecuencias inabarcables tras las que la mayoría de los almerienses vivos no estaríamos aquí. Sin embargo, es la eterna historia que aún sigue en pie. España ha sacado del cajón la declaración de intenciones para negociar un acuerdo que permita una mayor rehabilitación del entorno de Palomares (Almería) donde ocurrió un accidente radiactivo hace casi 50 años, y el empaquetado, traslado y almacenamiento de las tierras contaminadas en Estados Unidos. Todo según lo pactado en 2015 entre el entonces ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. Una declaración de intenciones en la que se comprometían a lograr una «rehabilitación mayor» del entorno de Palomares y el traslado de tierra contaminada a un «emplazamiento adecuado» en Estados Unidos.

En total, se trata de 50.000 metros cúbicos de tierras contaminadas con medio kilo de plutonio y que hacen que el estigma radiactivo perdure en Cuevas de Almanzora, el municipio almeriense al que pertenecen Palomares y Villaricos, más de medio siglo después. Tal y como adelanta hoy El País, tras analizar detalladamente el expediente, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha presentado a Estados Unidos la petición oficial para que se proceda a la retirada de las tierras. La petición se presentó hace unos meses ante la Secretaría de Estado, que la ha trasladado al Departamento de Energía de la Administración del demócrata Joe Biden. Aún no hay respuesta de Washington, han asegurado al rotativo madrileño fuentes diplomáticas, pero la acogida inicial «ha sido positiva». El reloj corre en contra, ya que quedan solo unos meses para que acabe la legislatura, pero las fuentes consultadas se muestran optimistas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo en plazo, puesto que las relaciones bilaterales «están en su mejor momento de los últimos años».

Según establece la declaración de intenciones, Estados Unidos y España manifiestan «su intención de cooperar en un programa para una mayor rehabilitación del entorno del accidente radiactivo en las proximidades de Palomares», para lo cual tienen previsto «negociar, tan pronto como sea posible, un acuerdo para determinar las actividades, funciones y responsabilidades precisas de ambos participantes para ejecutar el proyecto de rehabilitación y depósito».

En la declaración se manifiesta que Estados Unidos «desea prestar la asistencia necesaria» para lograr el objetivo de lograr una «mayor rehabilitación» del entorno de Palomares, para lo cual se compromete a convenir «el depósito de las tierras contaminadas en un emplazamiento adecuado» en dicho país.

En cuanto a la financiación del proyecto, Estados Unidos y España manifiestan que asignarán dicha responsabilidad «mediante mutuo acuerdo, basándose en las funciones y responsabilidades de los participantes determinadas en el acuerdo».

El acuerdo también se considera la creación de una Comisión Mixta de Supervisión, formada por representantes españoles y norteamericanos, que se reunirán «cuando sea necesario, de mutuo acuerdo, para coordinar los trabajos de rehabilitación».

Según la declaración, «las actividades de cooperación previstas, incluidos los preparativos para negociar un acuerdo, deberán comenzar inmediatamente después de la firma de los participantes», que trabajarán para la conclusión del mismo «tan pronto como sea posible».

Eso sí, en el texto se deja claro que todo esto dependerá de la «disponibilidad de fondos, personal y otros recursos» y que la declaración de intenciones «no supone la creación de obligación jurídicamente vinculante alguna entre los participantes».

Para el ministro Margallo, la declaración que ha firmado junto a Kerry es un «símbolo importante de la amistad entre dos países aliados y socios que confían el uno en el otro». Por eso, a partir de ahora se comenzará a negociar el tratamiento de los residuos, el transporte y otro tipo de concreciones. Todo esto, ha asegurado, «ya está muy avanzado», pero ha evitado dar detalles al respecto.

Más de medio siglo esperando

Palomares mantiene radiactividad desde 1966 a causa de la caída accidental de varias bombas nucleares de un avión estadounidense.

Fue el 17 de enero de 1966 cuando un bombardero B-52 con cuatro bombas nucleares de 1,5 megatones y un avión cisterna de la base de Morón colisionaron en vuelo sobre el pueblo de Palomares.

Tres de las bombas fueron localizadas poco después en tierra -una se encontraba intacta y las otras dos habían sufrido daños y liberado carga (plutonio, uranio y americio, fundamentalmente)-, mientras que la cuarta fue sacada del mar el 7 de abril.

Cuando está a punto de cumplirse el 50 aniversario de aquel accidente, España y Estados Unidos han firmado un acuerdo político con la intención de cooperar en un programa para una rehabilitación complementaria del entorno del accidente radiactivo.

En el acuerdo firmado hoy, Estados Unidos recuerda que en los meses siguientes al accidente el Departamento de Defensa estadounidense, cooperando con las autoridades españolas, restauró muchas de las zonas afectadas.

Posteriormente, mediante el acuerdo Hall-Otero firmado el 25 de febrero de 1966, España y Estados Unidos convinieron en llevar a cabo una serie de estudios de la zona, y continuaron trabajando en años sucesivos en la vigilancia y análisis de los niveles de contaminación del lugar de accidente en Palomares.

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