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Cierre de Endesa | La incertidumbre se apodera Carboneras con el cierre de la térmica

La incertidumbre se apodera Carboneras con el cierre de la térmica

Desde que Endesa presentó este viernes la solicitud formal de cierre de la central nadie sabe qué esperar

maría rodríguez segura

Carboneras

Domingo, 29 de diciembre 2019, 00:18

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Después de conocerse el pasado viernes la noticia en la cual Endesa confirmaba que había presentado la solicitud formal del cierre de la central térmica de Carboneras, IDEAL se puso en contacto con varios trabajadores de la central para que expliquen cómo se está viviendo la situación desde dentro. En el pueblo no es complicado encontrar a personas que trabajan en la fábrica ya que muchos de los 300 empleados de la Térmica viven allí.

Es el caso de Felipe Molina, un madrileño que llegó a Carboneras para trabajar hace 30 años, siendo un chaval con toda la vida por delante, y desde entonces trabaja para Endesa. En Carboneras conoció a la que hoy es su mujer y madre de su hijo y actualmente afirma sentirse más de Carboneras que de Madrid. En sus palabras se puede advertir la incertidumbre general que esta situación está causando entre sus compañeros, y eso que como él mismo afirma «dentro de lo que cabe los trabajadores que pertenecemos a Endesa, y no a una empresa externa, podemos tener una cierta esperanza en que nos desplacen a otro lugar y poder seguir trabajando», y si eso pasa, su situación familiar también cambiaría puesto que de tener su vida hecha en la localidad carbonera, «empezaría de cero en otro lugar, y por ejemplo no sabría qué pasaría con su hijo que actualmente está estudiando un ciclo formativo».

En este tema, el secretario general de la sección sindical de UGT Endesa en Almería, Antonio Rodríguez, afirmó que la «incertidumbre la plantilla» se centra ahora en cómo se llevará a cabo esta recolocación de personal propio con la futura instalación de parques eólicos y solares, proyectados por la compañía, y en ver «cuánto personal puede asumir» tras el desmontaje de la planta y la construcción de nuevas estructuras. «Es algo que se tiene que hablar largo y tendido». No obstante, apuntó que también está pendiente de rubricar un acuerdo voluntario de salidas y de garantía de empleo, incluido en el un proceso de arbitraje del convenio, que daría nuevas posibilidades a los trabajadores con edades a partir de 55 y 60 años. «Ese acuerdo está pactado pero no rubricado», afirmó Rodríguez, quien espera que pueda finalizarse antes de febrero de 2020.

Tomás López, un almeriense afincado desde el año 87 en Carboneras, trabaja para una de las empresas auxiliares que presta servicios de limpieza industrial en la central, Caldererías Indálicas. «A lo largo de los años nos han ido cambiando de empresa con bajadas de sueldo incluidas, hace unos años ya nos atamos con cadenas y tuvimos que dormir en el cuartel de Vera, por lo que ahora no va a ser menos», afirma convencido de que llegará hasta donde tenga que llegar. Y es que, la actual empresa va a llevar a cabo un ERTE. Se trata de una autorización que recibe la empresa para suspender temporalmente los contratos de trabajo pero el empleado sigue perteneciendo a la empresa pero sin cobrar por parte de la empresa. «Nuestro contrato con la empresa terminaría en marzo, si prevén que se van a realizar trabajos, no nos metáis el ERTE». Endesa comunicó que priorizará la contratación de personas del entorno, haciendo referencia a las empresas auxiliares, para acometer los trabajos de desmantelamiento de la planta una vez sea aprobada la solicitud, así como en el desarrollo de las nuevas instalaciones renovables que se propone llevar a cabo en la zona. Para el desmantelamiento de las instalaciones de la central de Carboneras, que cuenta con dos grupos de generación, se estima una duración de tres años, tras unos 18 meses de trabajos de preparación. Tomás afirma que luchará todo lo que pueda, de hecho, ha pensado en de denunciar el incumplimiento del contrato establecido con Endesa, «no me voy a conformar con que me den veinte días por año y que no me respeten ni la antigüedad».

Por otro lado, Pepe se considera «un afortunado», puesto que hace un año que se jubiló y afirma que «entonces no imaginaba que hoy la situación fuese la actual». Todos coinciden en que nadie imaginaba que el cierre de Endesa llegase tan pronto «cuando nos dijeron que para el año 2050 pensábamos que teníamos un margen de tiempo, pero en ningún momento creímos que se daría carpetazo tan pronto». Además afirman que con más de 50 años ya es muy difícil encontrar empleo y «muchos nos veremos obligados a vender nuestras casas e irnos de aquí, porque Carboneras sin carbón no será lo que era», se lamenta Tomás. «Son muchos los jóvenes que entraron a trabajar en la central pensando que encontrarían una estabilidad y a día de hoy no saber cómo lo harán para pagar las hipotecas de sus casas o las letras de sus coches».

Dolores, quien lleva trabajando como limpiadora en las oficinas de la central más de veinte años, afirma que «mientras quede gente en las oficinas podrá ir a trabajar pero a medida de que vaya a menos iremos saliendo todos». Para estos trabajadores, el cierre de Endesa significa un gran estacazo, no solo para ellos, sino para todo el pueblo de Carboneras, ya que la Central Térmica es uno de los principales pilares de la economía carbonera. «Durante el verano Carboneras puede presumir de tener un gran turismo que favorece a la economía, pero eso solo son dos meses, ¿qué hacemos el resto del año?» comentaba uno de los trabajadores. Por otro lado, piensan que directamente «no interesa mantener los 300 puestos de trabajo así como también creen que las pruebas adicionales de combustión con distintas mezclas de combustible que Endesa afirmó en su comunicado que se realizarán «en los próximos meses en la central de Carboneras, y que podrían variar los resultados y garantizar la viabilidad de la planta» son solo palabras huecas para intentar calmar los ánimos.

Por su parte, el alcalde de Carboneras, José Luis Amérigo, solicitó la «colaboración y ayuda» del resto de administraciones públicas para conseguir que su localidad tenga una «transición al empleo» ante el anuncio de la compañía eléctrica Endesa. Amérigo albergaba la esperanza de que sus pretensiones «no se hicieran realidad» pese a que el pasado mes de septiembre ya se produjo el cese temporal de actividad como consecuencia del precio de los derechos de CO2, esencialmente, según la empresa. También apuntó que desde la compañía aún no se la ha comunicado si alguno de los proyectos en materia de energía renovable planteados y que forman parte del plan para la recolocación de efectivos se implantará dentro de Carboneras. «No nos han trasladado nada de proyectos de energías renovables».

Seguirán luchando

Los trabajadores aún no quieren renunciar a la idea de «una transición energética justa» que mire también por su futuro y puestos de empleo. Tomás López, quien fue nombrado Delegado de los trabajadores de su empresa, afirma que ya está pensando en futuras actuaciones para que no se olviden de la situación de los trabajadores de la central. «Si hace falta volver a encadenarme a la puerta lo haré, como si tengo que montar mi tienda de campaña allí , no puedo darlo todo por perdido».

El cierre de la Central: Crónica de una muerte anunciada

CCOO de Almería publicó en su cuenta de Facebook una «crónica de una muerte anunciada» escrita por el Delegado de CCOO en la central de Carboneras, que hacía referencia al cierre de la central. En esta publicación, afirman que desde el 27 de septiembre que se anunció la discontinuidad del funcionamiento de las Centrales de Carbón de Importación de Endesa de As Pontes y Almería «todo fueron buenas palabras, políticos comprometidos tanto con la zona como con los trabajadores, pero la realidad ha sido muy distinta, dado que las empresas contratistas empezaron a hacer EREs para reducir sus plantillas, y nada de los compromisos de formación para este personal o de las inversiones prometidas, que no son más que números, sin nada concreto ni definido».

Desde CCOO afirman que «en estos momentos solo tenemos incertidumbre y desconsuelo por los compañeros afectados por los expedientes. Y tras, en el día de ayer, informarnos de la solicitud del cierre para las centrales de AS Pontes y Litoral, todo se precipita. Lo preocupante ahora son los puestos de trabajo. Las promesas vacías, los compromisos irreales, los engaños con una formación para trabajadores de Endesa y contratas que no llega ni llegará nunca, ya que en otros centros que han notificado el cierre y no se ha formado a nadie».

La publicación continúa preguntándose si esto es lo que llaman «transición Justa» para «unos trabajadores que han estado dando beneficios a las empresas y con una comarca a la que van a dejar sin industria que genere trabajo de calidad y riqueza». «Palabras, palabras, palabras» afirman ser solo el único reconocimiento obtenido. El Delegado concluye la publicación afirmando que la «Transición Justa será para los políticos, para la empresa, para quien ellos quieran, pero para quien no lo es, es para los trabajadores y trabajadoras.

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