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Europa no despierta de su noche más larga

Carolina Bermúdez

París, la ciudad de la luz, vivió el pasado 13 de noviembre su noche más oscura. A últimas horas de la noche se produjeron siete tiroteos en diversos puntos de la capital, más dos ataques kamikaze a las puertas del Estadio de Francia. Mientras escribo estas líneas, según fuentes policiales, ascienden a 140 el número de fallecidos en la fatídica jornada. La reflexión que me surge de este trágico acontecimiento es la siguiente. Hace dos meses publiqué en esta misma cabecera un artículo titulado "Última llamada", en el cual hice especial hincapié en la incompetencia de los gobernantes europeos para gestionar las problemáticas surgidas en los diferentes frentes abiertos en las últimas décadas. En este contexto de total descontrol, con los precedentes atentados de días anteriores en el Sinaí, Bagdad y Beirut, el tablero de juego, atroz juego, se traslada de Oriente a Occidente.